Japón rechaza la solicitud de asilo del 99 por ciento de los refugiados
El sentimiento contra los refugiados está en alza en Estados Unidos y Europa, pero en Japón las solicitudes de asilo de refugiados que buscan un lugar seguro lejos de la guerra y la tiranía son rechazadas continuamente pues los obstáculos sociales y legales para alcanzar el estatus de refugiado son infinitos.
El sentimiento contra los refugiados, muy frecuente tanto en Estados Unidos como en Europa, se refleja también en Japón a través de los infinitos obstáculos legales y sociales a los que han de enfrentarse los solicitantes de asilo en el país nipón. Dichas solicitudes son rechazadas continuamente, según publica el diario The Telegraph.
Una de las economías más importantes del mundo ha aceptado únicamente a 28 refugiados durante este 2016, cuando se han recibido más de 8.193 solicitudes que aún están en proceso de revisión en el Departamento de Inmigración japonés.
Los funcionarios han defendido que el número es tan bajo porque la mayoría de las solicitudes proceden de países asiáticos que buscan el acceso a Japón por razones económicas, no por necesidad. “Las solicitudes de países como Siria, Afganistán o Iraq son pocas”, ha asegurado Yashuiro Hishida, un portavoz del departamento de Inmigración.
Los refugiados que llegan a Japón opinan que el sistema es muy duro, no hay cursos para aprender la lengua, ni vivienda social, ni préstamos bancarios para volver a empezar de nuevo. “Los funcionarios japoneses te piden pruebas de que realmente eres un objetivo para el gobierno o el ejército”, ha aclarado el abogado Shogo Watanabe al diario The Telegraph. Los críticos de esta política puntualizan que el gobierno ignora que el país necesita inmigrantes porque la población japonesa desciende vertiginosamente. “Japón ha mantenido siempre una política de puertas cerradas para los extranjeros al ser una isla en la que hasta hace poco vivía una gran cantidad de población”, ha comentado al periódico Hidenori Skanaka, un funcionario retirado del Ministerio de Justicia que lidera un think tank pro-inmigración.
La población japonesa descenderá de 127 millones de personas a 87 millones en 2060, según el diario británico. “Debemos aceptar más inmigrantes, que puedan abrir la sociedad a nuevas culturas y por ende a aceptar más refugiados”, ha aclarado Skanaka. En una encuesta sobre discriminación contra los extranjeros publicada en marzo de este año, se descubrió que al menos un 30 por ciento de los inmigrantes en Japón habían recibido comentarios discriminatorios y que uno de cada cuatro encuestados creía que no conseguía trabajo por no ser japonés. Eso sí, ninguno temía por su seguridad de ninguna forma.