Kenia comienza a votar en unas reñidas y tensas elecciones
Los kenianos comenzaron a votar este martes en unas reñidas elecciones que enfrentan al presidente saliente Uhuru Kenyatta con su rival Raila Odinga, en un clima de tensión y temores de violencia.
Los kenianos comenzaron a votar este martes en unas reñidas elecciones que enfrentan al presidente saliente Uhuru Kenyatta con su rival Raila Odinga, en un clima de tensión y temores de violencia.
Las mesas de votación abrieron a las 06.00 –hora local– para unos comicios que designarán además a gobernadores, diputados, senadores y representantes locales.
Los electores comenzaron a sufragar en Kibera, principal barrio pobre de Nairobi, en Kisumu, la gran ciudad del oeste de país, así como en Gatundu, localidad al norte de la capital donde se disponía a votar el presidente Kenyatta. En Kibera, bastión de la oposición, la oficina de votación instalada en la escuela primaria Olympic abrió sus puertas a las 06.15 y dio prioridad a las mujeres con hijos pequeños. La votación concluirá a las 17.00 –hora local–.
Teniendo en cuenta los antecedentes de violencia de los pasados comicios de 2007, cuando más de 1.100 personas murieron después de que la oposición no aceptara los resultados denunciado fraude y dando lugar a dos meses de violencias político-étnicas y una represión policial sin cuartel, las autoridades han dispuesto un despliegue sin precedentes de 180.000 miembros de las fuerzas de seguridad por todo el territorio de este país de África oriental de 48 millones de habitantes. La votación en Kenia suele basarse en sentimientos de pertenencia étnica.
Según los encuestadores, el resultado de la presidencial dependerá de la capacidad de los dos campos para movilizar a sus simpatizantes el día del escrutinio. La elección de los gobernadores de 47 condados, fruto de una descentralización puesta en marcha en 2013, podría también conducir a problemas localizados.
Cuestionamientos
Raila Odinga, de 72 años y candidato de la National Super Alliance (Nasa), una coalición de oposición que agrupa a cinco partidos, se presenta a la presidencial por cuarta y última vez. El líder de la oposición asegura que en 2007 le robaron la victoria y rechazó los resultados de 2013 antes de que la Corte Suprema los validara definitivamente.
El presidente, Uhuru Kenyatta, de 55 años, y su vicepresidente, William Ruto, rechazan las denuncias de la oposición y la acusan de preparar a la opinión pública para rechazar su reelección.
Cuando se presentaron en 2013, ambos estaban inculpados en crímenes de lesa humanidad por la Corte Penal Internacional (CPI) por las violencias de 2007-2008. Sn embarog, al final los cargos se retiraron e hicieron campaña apoyándose en su balance económico.
Luces y sombras
Desde 2013, la tasa de crecimiento del país llegó a más del 5% y se han desarrollado sus infraestructuras, por ejemplo con la nueva línea ferroviaria entre Nairobi y el puerto de Mombasa. Pero el balance económico de Kenyatta tiene que matizarse.
El crecimiento económico llegó acompañado de un alza de precios de los alimentos, debido una nueva sequía a principios de año. El gobierno no logró frenar el auge del precio de la harina de maíz, un producto básico para una mayoría de kenianos, provocando malestar entre los ciudadanos más pobres.
El sector turístico, que se vio afectado por el ataque al centro comercial Westgate de Nairobi de 2013 (67 muertos), retomó el ritmo y «el clima para los negocios mejoró», ha señalado Armando Morales, representante del FMI en Kenia. Pero el presidente keniano se basó sobre todo en la continuidad de sus predecesores y se benefició durante su mandato de unos precios petroleros bajos, apuntan los analistas. Como consecuencia del desarrollo de infrastructuras, la deuda aumentó más de 10 puntos bajo su presidencia, superando el 50% del PIB.