El bloque conservador revalida por estrecho margen la victoria en las elecciones noruegas
El gobernante bloque conservador de Noruega, dirigido por la primera ministra saliente, Erna Solberg, ha ganado por escaso margen las elecciones legislativas celebradas este lunes.
El gobernante bloque conservador de Noruega, dirigido por la primera ministra saliente, Erna Solberg, ha ganado por escaso margen las elecciones legislativas celebradas este lunes.
Solberg se convierte así en la primera conservadora en ser reelegida al frente del Gobierno noruego en más de 30 años.
Con más del 93% del escrutinio, el partido conservador y los populistas moderados del Partido del Progreso obtuvieron, junto a dos formaciones de centro-derecha, una mayoría de 89 escaños, del total de 169 en el Parlamento.
«Debemos ser prudentes, pero parece que tendremos una mayoría no socialista», declaró Solberg a los militantes antes de conocerse los resultados oficiales, que gritaban en coro «¡cuatro años más!».
El bloque pierde siete escaños con respecto a 2013, pero el resultado fue suficiente para arrebatar la victoria al llamado «thriller electoral» que anticipaban los medios de comunicación desde hace unas semanas en el reino de 5,3 millones de habitantes.
El principal opositor laborista, Jonas Gahr Støre, admitió con medias palabras la derrota y felicitó a su rival. «Esta elección es una gran decepción para el partido laborista», reconoció el multimillonario de 57 años. Junto a los ecologistas, independientes de los dos bloques pero opuestos a un Gobierno que incluya a los populistas, se le atribuían 83 escaños.
En el poder desde 2013, el gobierno actual, que agrupa a conservadores y a grupos populistas moderados, como el Partido del Progreso, que destaca por sus posturas contrarias a la inmigración, hizo campaña prometiendo continuidad.
A su favor, el Gobierno saliente cuenta con la gestión de la crisis petrolera (Noruega es el mayor productor de hidrocarburos de Europa occidental, el mayor motor de su economía), afectado por la brutal caída de los precios del crudo -la mayor en 30 años-, a partir de mediados de 2014. Asimismo, supo lidiar en 2015 con la crisis de migrantes, con 31.000 solicitantes de asilo en el país.
El gobierno de derechas impulsó el crecimiento gracias a la reducción de la presión impositiva y al frecuente recurso al fondo soberano de cerca de un billón de dólares.
Para Støre, un millonario diplomado en Ciencias Políticas en París, la fórmula era otra. Un alza de impuestos para los «más ricos» para consolidar el Estado del bienestar, tan apreciado por los noruegos, y poder combatir de este modo las desigualdades.
«Necesitamos un cambio ahora, porque estamos alejándonos los unos de los otros», dijo el domingo el candidato laborista, de 57 años, después de votar junto a su mujer en una escuela de un barrio del oeste de Oslo, un distrito mayoritariamente conservador.
Conservadores y laboristas concuerdan sin embargo en muchos temas: las actividades petroleras en el Ártico, una política de inmigración severa y la importancia de mantener una relación estrecha con la Unión Europea (UE), de la cual el reino escandinavo no forma parte.
Los ecologistas, a quienes los sondeos otorgaban potencialmente una posición de fuerza a la hora de formar gobierno, quedaron por debajo del umbral del 4%.