Unos detalles enigmáticos, pero no explosivos en los archivos sobre Kennedy
Muchos de los 2.891 documentos hechos públicos por los Archivos Nacionales son de inteligencia cruda y sin verificar. Además, gran parte de su contenido ya se conocía, como que la CIA ha armado varias conspiraciones para matar al fallecido líder cubano Fidel Castro.
Los archivos secretos sobre el asesinato del presidente John F. Kennedy publicados por el gobierno de Estados Unidos han ofrecido nuevos detalles enigmáticos sobre el hecho que ha conmocionado al mundo hace más de cinco décadas, pero aparentemente no contienen revelaciones explosivas.
El presidente Donald Trump ha ordenado la publicación el jueves de 2.800 expedientes clasificados hasta ahora como secretos, aunque se ha reservado otros cientos de documentos considerados «sensibles», bajo presión de la CIA y el FBI.
La decisión de último minuto de no publicar todos los archivos relacionados con la muerte del joven presidente, ocurrida el 22 de noviembre de 1963 en Dallas (Texas), ha frustrado a estudiosos de Kennedy… y ha echado leña al fuego de las teorías conspirativas.
La comisión que ha investigado el caso ha determinado que Lee Harvey Oswald, un exmarine, ha cometido el asesinato solo pero la especulación sobre la participación de otras personas en el hecho no ha cesado.
Cientos de libros y películas, como «JFK» de Oliver Stone (1991), han alimentado la teoría de la conspiración, señalando a rivales de la Guerra Fría como la Unión Soviética o Cuba, la mafia e incluso al vicepresidente Lyndon B. Johnson.
«Estoy muy decepcionado», ha dicho Philip Shenon, autor de «Un hecho cruel e impactante: la historia secreta del asesinato de Kennedy», sobre la publicación de los documentos por los Archivos Nacionales.
«La mayoría de los documentos revelados anoche son documentos que ya hemos visto antes», ha dicho.
«Los documentos realmente importantes, algo así como los documentos super secretos, no forman parte de la publicación en su mayoría», ha explicado. «Tendremos que esperar por ellos al menos hasta abril y temo que nunca los veamos», ha agregado.
Foto tomada de JFK tomada en 1962 | Foto: AFP archivo
Trump ha dado a la CIA, el FBI y otras agencias seis meses -hasta el 26 de abril de 2018- para exponer las razones que justifican la retención de esos documentos. Gerald Posner, autor del libro «Caso Cerrado», que ha determinado que Oswald ha actuado efectivamente solo, ha dicho que la divulgación fue «frustrante».
«Mientras más profundizaba en ellos, más decepcionado estaba en términos de (encontrar) nueva información», ha declarado Posner a CNN.
Shenon ha opinado que aunque no hubo revelaciones importantes, sí encontraron algunas «golosinas interesantes».
Un archivo del entonces director del FBI J. Edgar Hoover había dicho, solo un día después del asesinato, que era importante «convencer al público de que Oswald es el verdadero asesino», ha apuntado.
«Eso fue solo cuando la investigación arrancaba», ha dicho Shenon, por lo que «él se estaba apresurando a juzgar» los hechos. «El FBI, en particular, estaba absolutamente determinado, sin importar los hechos, a probar que Oswald era el único atacante, un lobo solitario, que no había nadie más involucrado», ha señalado Shenon.
Muchos de los 2.891 documentos hechos públicos por los Archivos Nacionales son de inteligencia cruda y sin verificar. Además, gran parte de su contenido ya se conocía, como que la CIA ha armado varias conspiraciones para matar al fallecido líder cubano Fidel Castro.
Uno de los documentos incluye la transcripción de una conversación de Hoover dos días después del magnicidio.
Hoover había dicho que el FBI había informado a la policía de una amenaza contra la vida de Oswald. Pero no se habían tomado las medidas y el dueño de un club nocturno, Jack Ruby, lo había matado mientras era escoltado por policías hacia un juzgado solo dos días después del asesinato de Kennedy.
Aunque muchas teorías han vinculado a Oswald con operativos cubanos o soviéticos, un memo de 1963 del FBI indicaba que la muerte de Kennedy había generado duelo en la Unión Soviética. Según una fuente, «oficiales del Partido Comunista de la Unión Soviética creían que había una conspiración de parte de la ultra-derecha en Estados Unidos».
Los soviéticos habían temido que el asesinato hubiera sido usado como pretexto para «detener las negociaciones con la Unión Soviética, atacar a Cuba y luego expandir la guerra«. Oswald había desertado a la Unión Soviética en 1959, pero había a Estados Unidos en 1962.