Dimite el principal asesor económico de Trump por su rechazo a la guerra comercial
El primer año de Trump en el cargo ha sido un frenesí de partidas y luchas internas, que los analistas atribuyen a los intereses enfrentados y a la inexperiencia y al estilo peculiar de gestión del presidente.
El equipo de Donald Trump ha vuelto a recibir una nueva dimisión de alto nivel. En este caso se trata del principal consejero económico, Gary Cohn, quien ha renunciado a su cargo tras mostrar su disconformidad con la decisión del presidente de gravar las importaciones de acero y aluminio. «Ha sido un honor servir a mi país y promulgar políticas económicas para beneficio del pueblo estadounidense», ha dicho en un lacónico comunicado Cohn, quien dirigía el influyente Consejo Económico Nacional (NEC, en inglés).
Cohn es el último de una larga lista de consejeros de Trump que han renunciado o han sido despedidos. De 57 años, Cohn se había posicionado fuertemente contra la decisión del presidente de imponer severas tarifas a la importación de acero y aluminio, lo que ha desatado temores ante una posible guerra comercial, informa AFP.
«Durante varias semanas, Gary había estado comentando con el presidente que se acercaba el momento de su dimisión. La fecha de su salida se tiene que determinar pero será en unas pocas semanas», ha dicho un funcionario de la Casa Blanca.
Exejecutivo de Goldman Sachs, su dimisión ha generado preocupación en los pasillos de Wall Street.
Cohn, que es judío, había amenazado con dejar el cargo después de que Trump rechazara condenar a los grupos neonazis que protestaron meses atrás en Charlottesville, en el estado de Virginia.
Cohn contribuyó a que a finales del año pasado la reforma fiscal promovida por Trump fuera aprobada por el Congreso.
Durante mucho tiempo, en el bando demócrata era visto como una influencia moderadora que frenaba el nacionalismo económico de Trump y de otros asesores del presidente, como Peter Navarro.
En un comunicado, Trump ha calificado a Cohn como un «talento raro».
La marcha de Cohn representa un problema político para Trump, que aún debe luchar contra los republicanos del Congreso, que comparten la preocupación sobre los aranceles y una posible guerra comercial.
La salida también desmiente la declaración hecha por Trump sólo unas horas antes asegurando que la Casa Blanca funciona sin problemas, a pesar de la ola de renuncias y de las investigaciones que penden sobre personas cercanas al presidente.
Trump ha dicho en un tuit que no había «caos en la Casa Blanca», tachando todas las afirmaciones en ese sentido de «noticias falsas» mientras trataba de tranquilizar a sus seguidores de que su administración no había perdido el rumbo.
El primer año de Trump en el cargo ha sido un frenesí de partidas y luchas internas, que los analistas atribuyen a los intereses enfrentados y a la inexperiencia y al estilo peculiar de gestión del presidente.
