La Guardia Civil confirma que Ana Julia Quezada asesinó a Gabriel el mismo día de su desaparición

La Guardia Civil ha celebrado este jueves una rueda de prensa en la subdelegación de Gobierno de Almería para dar los detalles de la operación Nemo, como bautizaron al operativo de búsqueda del pequeño Gabriel, desaparecido el pasado 27 de febrero en Níjar. En la misma han comunicado que el niño de 8 años fue asesinado por Ana Julia Quezada el mismo día de su desaparición y que, hasta el último momento, barajaron la hipótesis de que siguiera con vida. Esta sería la principal razón por la que iniciaron un seguimiento exhaustivo sobre su victimaria.

El teniente coronel José Hernández Mosquera, uno de los principales directores de la investigación, ha sido el encargado de relatar los detalles del operativo desde el 27 de febrero hasta el 11 de marzo, día que detienen a Quezada. Para ello ha remarcado que desde el primer momento se centraron en el entorno familiar.

«En el ambiente familiar encontramos a una persona que tiene una orden de alejamiento contra la madre y que está sometido a un dispositivo tecnológico», ha detallado. «En ese intervalo hay un quebrantamiento de la orden y tenemos que indagar sobre eso, pero esa línea quedó descartada y no tiene nada que ver con la desaparición de Gabriel. Ocurrió el 3 de marzo».

«El mismo día», continúa, «la compañera sentimental de Ángel [Ana Julia Quezada] encuentra a una distancia de cuatro kilómetros una camiseta». En ese momento, los agentes sospechan de cómo pudo llegar hasta allí, se trataba de un barranco «de difícil acceso», y de su particular interés por hacer una batida en la zona. Mosquera destaca en todo momento que el padre de Gabriel no estaba junto a su pareja en el momento en que dice encontrar esta prensa. Más allá de la camiseta, la Guardia Civil no extrajo ningún indicio.

En este sentido, el teniente coronel asegura que este hecho fue «fundamental» y que desde entonces «coge fuerza la investigación sobre Ana», comienzan a hacerle unos seguimientos y unas vigilancias: «Vemos que con frecuencia se dirige a una localidad, pero siempre acompañada. Hace pequeños movimientos, se dirige a una vivienda de la familia que estaba en reformas. Sabemos por el entorno que esa vivienda había sido inspeccionada por la familia, igual que la finca. La prensa llegó a entorpecer las labores de seguimiento. Hicimos un movimiento para desviar la atención de la prensa sobre nuestro principal objetivo y conseguimos que no tuviera tanta presión».

«El día 11», desarrolla, «Ana hace otro movimiento. Sale sola y se dirige a la vivienda sometida a una estrecha vigilancia. Vemos cómo saca del jardín el cuerpo de una persona menuda que nos encajaba con Gabriel. Lo mete en el maletero y sale sola en el vehículo en dirección a Almería. El equipo de seguimiento opta por detenerla en el momento en que sale del coche. En el maletero vemos el cuerpo de Gabriel envuelto en una manta en considerable buen estado y en calzoncillos».

Mosquera confirma que en la autopsia se especifica que el fallecimiento se produjo por asfixia el 27 de febrero, el mismo día de su desaparición. «Durante la estancia en dependencias policiales, se toma declaración y confiesa delante del abogado la autoría de los hechos», resume. «Nos aporta una declaración y nos dice que había arrojado el resto de la ropa en un contenedor de vidrio y que el resto de la ropa salvo la camiseta estaba en el contenedor». Pudieron comprobar que era cierto.

Por último, el teniente coronel, acompañado por Juan Jesús Reina, comandante de la Unidad Central Operativa (UCO), ha concluido que no tienen indicios «para pensar que hay terceras personas implicadas»: «La autoría es de Ana y lo hace siempre sola».