Nuevas protestas en Nicaragua dejan seis estudiantes heridos
Un enfrentamiento entre estudiantes universitarios y grupos afines al Gobierno ha dejado este jueves al menos seis heridos en Nicaragua. El enfrentamiento ha tenido lugar en la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), al este de Managua, cuando miembros de la oficialista Juventud Sandinista, apoyados por la Policía Nacional, han atacado a un grupo de universitarios atrincherados en el campus, según ha denunciado el Movimiento Estudiantil 19 de Abril.
Un enfrentamiento entre estudiantes universitarios y grupos afines al Gobierno ha dejado este jueves al menos seis heridos en Nicaragua. El enfrentamiento ha tenido lugar en la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), al este de Managua, cuando miembros de la oficialista Juventud Sandinista, apoyados por la Policía Nacional, han atacado a un grupo de universitarios atrincherados en el campus, según ha denunciado el Movimiento Estudiantil 19 de Abril.
El objetivo de los atacantes era expulsar a los estudiantes, que permanecen en la sede de la Upoli desde mediados de abril, en protesta por la represión y amenazas del Gobierno de Daniel Ortega. “El ataque dejó seis heridos, uno de ellos de gravedad”, que fue trasladado a un hospital privado después de que un centro público se negara a atenderlo.
Las protestas comenzaron hace dos semanas dejando un total de al menos 43 muertos, la mayoría universitarios, además de cientos de heridos, arrestados y desaparecidos, especialmente entre el 18 y el 22 de abril pasado, según han informado las organizaciones defensoras de los derechos humanos. Tras estos últimos enfrentamientos, los estudiantes han afirmado que “no hay seguridad para ir a un diálogo con el Gobierno de Daniel Ortega”. “No se puede dialogar con alguien que manda a su policía perseguir a estudiantes que se han rebelado contra su régimen”, han añadido. Organizaciones humanitarias también han acusado al presidente de utilizar fuerzas de choque, conocidas como “turbas”, para reprimir las manifestaciones en su contra.
Las represiones del dirigente habían disminuido desde el 26 de abril, tres días después de derogar la reforma que causó las primeras protestas. Esta disminución de las protestas dio paso, en medio de la crisis sociopolítica que atraviesa el país, a manifestaciones pacíficas que habían estado prohibidas en los últimos 11 años. Sin embargo, esta madrugada se han vuelto a despertar.
En este contexto, los nicaragüenses exigen la renuncia de Ortega y de su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, a quienes acusan de presidir un Gobierno corrupto, represor, indolente, y violador de los derechos humanos y de la Constitución Política local. La población también señala al mandatario por supuestos fraudes electorales, las continuas alzas de los combustibles, la actuación impune de la Policía, las muertes sin explicación de campesinos que se oponían al Gobierno, el discurso oficial de paz y reconciliación que supuestamente no refleja la realidad del país, entre otros.
Nicaragua está a la espera de un diálogo nacional entre el Gobierno y el sector privado, con la mediación de la iglesia Católica, sin embargo, en las calles la población reclama el cese de Ortega como presidente, informa Efe.