Condenado a muerte un clérigo yihadista por los atentados de Yakarta en 2016
La Justicia de Indonesia ha condenado al clérigo y extremista islamista Aman Abdurrahman por haber ordenado los atentados suicidas cometidos en Yakarta en 2016, que causaron la muerte de cuatro civiles y de los cuatro agresores, además de la destrucción de un café Starbucks y una garita de la policía.
La Justicia de Indonesia ha condenado al clérigo y extremista islamista Aman Abdurrahman por haber ordenado los atentados suicidas cometidos en Yakarta en 2016, que causaron la muerte de cuatro civiles y de los cuatro agresores, además de la destrucción de un café Starbucks y una garita de la policía. Estos atentados supusieron los primeros ataques mortales reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en el sureste asiático.
Aman Abdurrahman ha estado detenido desde 2010, lo que no ha impedido que reclutara a militantes en nombre del EI, de acuerdo con la información facilitada por los expertos. El clérigo está considerado el jefe de todos los seguidores del EI en Indonesia y es el líder espiritual del movimiento extremista islamista Jamaah Ansharut Daulah (JAD). El predicador tiene contactos con los dirigentes del EI y es el principal traductor de su propaganda en Indonesia, según han afirmado los expertos.
El clérigo Abdurrahman ha sido “declarado culpable de haber cometido un acto de violencia terrorista y condenado a pena de muerte”, ha sentenciado el presidente del tribunal, Akhmad Zaini, en presencia de policías notablemente armados desplegados en la sala y en el exterior. El juez ha añadido que el condenado, que no ha mostrado ninguna reacción a la sentencia y que posteriormente ha besado el suelo, ha estado implicado en otros ataques. Uno de los abogados del clérigo, Asludin Hatjain, ha estimado que el fallo es “injusto” porque no existen pruebas suficientes que comprometan a su cliente.
El JAD, creado en 2015 y que juró lealtad al líder de EI, Abu Bakr al Bagdadi, participó en los atentados suicidas perpetrados en mayo en Surabaya, la segunda ciudad más grande de Indonesia, el país musulmán más poblado del mundo. Como resultado de estos ataques, 13 personas murieron, así como los 13 asaltantes.
Indonesia se enfrenta desde hace tiempo a un movimiento extremista islámico. Tras los atentados de Bali en 2002 que se saldaron con 202 muertos, las autoridades lanzaron una importante ofensiva contra los islamistas extremistas que debilitó las redes más peligrosas, según los expertos. Sin embargo, cientos de extremistas indonesios se han ido al extranjero para luchar en las filas del EI, por lo que se ha intensificado el temor de que resurjan grupos islamistas, informa AFP.