Condenado a 13 años de prisión el activista y disidente chino Qin Yongmin
Uno de los máximos exponentes de la defensa de la democracia en China, Qin Yongmin, ha sido condenado a 13 años de prisión por un delito de «subversión al poder del Estado» y privado de sus derechos políticos por un periodo de tres años, informa la justicia china. El disidente, de 64 años, ha pasado un total de 22 años encarcelado.
Uno de los máximos exponentes de la defensa de la democracia en China, Qin Yongmin, ha sido condenado a 13 años de prisión por un delito de «subversión al poder del Estado» y privado de sus derechos políticos por un periodo de tres años, informa la justicia china. El disidente, de 64 años, ha pasado un total de 22 años encarcelado.
Un tribunal de la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, le ha declarado culpable de un delito de «subversión al poder del Estado» en un juicio que la organización Defensores Chinos de los Derechos Humanos (CHRD) ha calificado de «injusto«. Este delito es utilizado de forma recurrente por el gobierno del país para encarcelar a las personas que son críticas con sus políticas. Qin se ha «negado a cooperar con el tribunal» y se ha mantenido en silencio durante su juicio, ha comentado el abogado de derechos humanos Lil Qilei a AFP.
La trayectoria de Yongmin como defensor de la democracia y los derechos humanos es extensa y le convierte en uno de los disidentes más veteranos del país. Ya en 1979 participó en movimientos por la democracia en Wuhan, su ciudad, y lideró la publicación Campana, de ideas reformistas. Entre 1981 y 1989 estuvo encarcelado, y volvió a ingresar en prisión en 1998 después de intentar registrar oficialmente el Partido Demócrata Chino, del que es cofundador. Un año después, mientras continuaba en la cárcel, fue nominado al Premio Nobel de la Paz. Entre 1993 y 1995 fue obligado a cumplir dos años de «reeducación» en un campo de trabajo por contribuir a la elaboración de la ‘Carta de la Paz’, en la que se pedía al Gobierno chino que reconsiderase su postura frente a la Matanza de Tiananmen en 1989.
Cuando fue arrestado en enero de 2015, Qin lideraba la organización CHRD. Sus actividades incluían la organización de grupos de discusión y crítica online de las políticas del Gobierno. En este caso, fue acusado de «incitación a la subversión del poder estatal» tras haber escrito textos sobre democracia y activismo, y hasta 2017 no tuvo acceso a un abogado, según la organización.
Frances Eve, miembro de CHRD, ha declarado que Qin ha sido «perseguido por creer en una China democrática y por sus acciones en defensa de los derechos humanos». «Las autoridades han sido incapaces de construir un caso contra él después de tres años de investigación», ha añadido.
La condena contra el disidente chino se conoce tan solo un día después de que la sociedad civil china, las organizaciones de derechos humanos y la comunidad internacional celebrasen la liberación de Liu Xia, poetisa y viuda del Nobel de la Paz Liu Xiaobo, tras ocho años de arresto domiciliario sin estar acusada de ningún delito. «Es realmente impactante ver una sentencia tan dura contra un veterano activista que simplemente ejerció su libertad de expresión tras ver alguna esperanza en el caso de Liu Xia», ha dicho a Efe el investigador de Amnistía Internacional Patrick Poon.