Bolsonaro comienza a preparar su deriva hacia una derecha pura y dura en Brasil tras ganar los comicios
Jair Bolsonaro inicia este lunes sus actividades como presidente electo, con proyectos de ruptura con todo lo que huela a izquierda en materia económica, políticas sociales y relaciones diplomáticas de Brasil.
Jair Bolsonaro inicia este lunes sus actividades como presidente electo, con proyectos de ruptura con todo lo que huela a izquierda en materia económica, políticas sociales y relaciones diplomáticas de Brasil. «No podemos seguir coqueteando con el socialismo, el comunismo, el populismo y el extremismo de izquierda», afirmó tras ganar las elecciones presidenciales con el 55% de los votos frente al 45% que logró el candidato izquierdista Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT).
El ultraliberal Paulo Guedes, a quien Bolsonaro prometió el Ministerio de Hacienda, anunció de inmediato su intención de «cambiar el modelo económico socialdemócrata» mediante un programa acelerado de privatizaciones y de control del gasto público, como receta para reactivar a un país que pasó por dos años de recesión y otros dos de débil crecimiento. Para eso, puntualizó, «necesitamos una reforma del régimen de jubilaciones».
El presidente conservador Michel Temer, que desde que sucedió en 2016 a la destituida presidenta socialista, Dilma Rousseff, aplica un plan de severos ajustes, manifestó su deseo de planificar la transición antes del traspaso de poderes el 1 de enero, «para dar continuidad a lo que hicimos».
Bolsonaro, de 63 años, carga aún con una bolsa de colostomía debido a una puñalada que le asestaron en el abdomen en septiembre, por lo cual su viaje a Brasilia podría retrasarse, según AFP. Pero su casa en Barra de Tijuca, una zona acomodada de Río de Janeiro, debería pasar de centro de campaña a centro de operaciones de la transición.
En el plano internacional, Bolsonaro manifestó su deseo de alinearse con el presidente estadounidense Donald Trump, quien fue uno de los primeros dirigentes en llamarle por teléfono para felicitarlo por su victoria. Un acercamiento que podría llevar a acentuar la presión sobre el gobierno de Venezuela, un país en plena crisis económica y social.
«Ambos expresaron su fuerte compromiso de trabajar de forma conjunta para mejorar la vida de los habitantes de Estados Unidos y de Brasil, y como líderes regionales, la de los americanos», dijo Sarah Sanders, portavoz del ejecutivo estadounidense.
Desde Venezuela «el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, en nombre del Gobierno y del Pueblo venezolano, extiende sus sinceras felicitaciones al Pueblo de la República Federativa del Brasil, con motivo de la celebración cívica de la segunda vuelta electoral realizada el domingo 28 de octubre de 2018, en la cual resultó electo el candidato Jair Bolsonaro, como Presidente de este país suramericano», fue la primera reacción del mandatario venezolano realizada a través de un comunicado de la cancillería.
En la declaración se añade, sin embargo, que el Gobierno chavista «aprovecha la ocasión para instar al nuevo presidente electo del Brasil a retomar, como países vecinos, el camino de las relaciones diplomáticas de respeto, armonía, progreso e integración regional, por el bienestar de nuestros pueblos».
También el presidente de Argentina, Mauricio Macri, felicitó al ganador en Brasil. «Felicitaciones a Jair Bolsonaro por el triunfo de Brasil! Deseo que trabajemos pronto juntos por la relación entre nuestros países y el bienestar de argentinos y brasileros», escribió en su cuenta de Twitter.
Felicitaciones a las que se sumaron la mayoría de los gobiernos latinoamericano, como el presidente colombiano, Iván Duque, quien expresó su deseo «para que esta nueva etapa del país vecino sea de bienestar y unión. Esperamos continuar nuestra relación de hermandad para fortalecer vínculos políticos, comerciales y culturales». O el presidente de México, Enrique Peña Nieto, quien en nombre del pueblo y del Gobierno de México felicitó a Bolsonaro por su elección como presidente de Brasil, «en una ejemplar jornada que refleja la fortaleza democrática de ese país».
Compromisos rupturistas
Bolsonaro ha logrado el apoyo del 55% de los brasileños con propuestas de blindar judicialmente las operaciones policiales y de flexibilizar la tenencia de armas para combatir la criminalidad, en un país donde el año pasado hubo casi 64.000 homicidios.
En política económica, Guedes fue contundente el domingo por la noche. «Brasil lleva 30 años de expansión de gastos públicos descontrolados(…), ese modelo corrompió la política, hizo subir los impuestos, los intereses e hizo crecer la deuda como bola de nieve», dijo a los periodistas en un hotel en Río de Janeiro.
Guedes, un ultraliberal formado en la escuela de Chicago, arremetió contra «el modelo socialdemócrata» que calificó de «pésimo». «Somos prisioneros del bajo crecimiento, tenemos impuestos altos, intereses altos, negociamos con pocos países», declaró, para a continuación avanzar que las primeras medidas económicas de Bolsonaro cuando asuma el cargo se centrarán en el control del gasto público.
Para ello, además de la reforma del sistema de pensiones, «vamos a acelerar las privatizaciones, porque no es razonable que Brasil gaste 100.000 millones de dólares en intereses de la deuda». Según Guedes, el plan económico de Bolsonaro prevé igualmente una reforma del Estado y una «simplificación y reducción de impuestos«.
Otras de las promesas de campaña de Bolsonoro incluyen su intención de terminar con «el activismo ecologista ‘chiíta'», o radical.
En materia judicial, Bolsonaro se comprometió a aumentar de 11 a 21 el número de jueces en el Tribunal Supremo, lo cual le daría la posibilidad de nombrar magistrados afines a sus planes. Un anuncio que alarmó a las organizaciones en defensa de los derechos humanos dentro y fuera de Brasil. La ONG Human Rights Watch hizo un «llamamiento urgente» el domingo tras conocer los resultados electorales para proteger los derechos democráticos en el país sudamericano.
Tomaz Paoliello, profesor de relaciones Internacionales en la Pontificia Universidad Católica (PUC) de Sao Paulo, teme que con Bolsonaro se agudicen las tensiones institucionales. «Creo que será un Gobierno que tratará de interferir en los demás poderes» y que llega «con una agenda contra los movimientos sociales» afirmó a AFP.