Cuatro años de cárcel al acusado de estafar con células madre a 400 personas
La Audiencia Nacional juzga desde este lunes a un acusado de estafar con células madre del cordón umbilical para su conservación por lo que cobraba entre 1.800 y 2.200 euros
El acusado de estafar con células madre del cordón umbilical para su conservación, por lo que cobró entre 1.800 y 2.200 euros a las familias engañadas, ha aceptado una pena de 4 años y medio de cárcel tras alcanzar un acuerdo de conformidad con la Fiscalía, que pedía para él nueve años de prisión, a cambio de reconocer los hechos.
Para lo que no ha habido conformidad es para la vertiente civil de la responsabilidad penal del acusado, al que se reclama indemnizar a las cerca de 400 familias a las que engañó asegurando que enviaba esas muestras a laboratorios con los que no tenía ninguna relación, por lo que el juicio se celebrará solo para determinar este extremo. El acusado, Raúl Conejero López, nacido en Alcoy (Alicante), cobraba entre 1.800 y 2.200 euros, «fingiendo mantener una relación mercantil de almacenaje y conservación de las muestras con laboratorios» que era inexistente.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, Conejero desempeñó desde 2009 hasta el 16 de febrero de 2011 «el cargo de agente comercial» de la empresa Stem Cell en España, «principalmente para la zona de Levante, la comunidad autónoma Valenciana, de Murcia y de algunas zonas de Castilla La Mancha».
En esa labor, se dedicaba a contactar con los servicios de ginecología de los hospitales de la zona citada y tras realizar charlas informativas con las pacientes interesadas, contrataba la crioconservación de las células madre obtenidas del cordón umbilical de los recién nacidos.
Posteriormente remitía las muestras al laboratorio MLB Medical Laboratories of Bonn, en Alemania, que se encargaba de almacenarlas «remitiendo a los pacientes diversa documentación médica donde se aportaba el análisis genérico de las muestras y se facilitaba el número de registro y de almacenaje».
Tras ser despedido de la empresa, el acusado «continúo utilizando el nombre comercial de Stem Cell» y «aprovechando la credibilidad profesional que le otorgaba» esa, ya falsa, representación comercial, «creó la sociedad Representaciones Biomédicas Levante y las marcas comerciales Instituto Celular y Criocell».
De este modo, contrató «con numerosos clientes la recogida y conservación simulada de las muestras, a quienes entregaba diversa documentación simulada donde aparecían laboratorios inexistentes».
Además, «simulaba la firma de médicos de los laboratorios en certificados con los resultados de los análisis de células madre de sangre del cordón umbilical extraído durante el parto».