Cuatro detenidos tras desarticular un grupo que utilizaba “la madre de Satán” para robar cajeros
La Guardia Civil ha desarticulado un grupo criminal “extremadamente peligroso” que utilizaba un explosivo conocido como “la madre de Satán”
Cuatro personas han sido detenidas y otra se encuentra en busca y captura después de que la Guardia Civil haya desarticulado un grupo criminal “extremadamente peligroso” cuya actividad se centraba en el robo de cajeros automáticos mediante el uso de un explosivo conocido como “la madre de Satán”.
Todos los detenidos en el marco de la operación Damage se disponían a ejecutar un robo en una entidad bancaria en el municipio de Santa Ana, en Albacete, cuando fueron sorprendidos por los agentes, que contaron con el apoyo de la Unidad Especial de Intervención, que fue requerida debido a la peligrosidad y contundencia de las acciones del grupo criminal, ha informado la Guardia Civil este sábado en un comunicado.
Además de este acto, la Guardia Civil les atribuye la participación en hechos idénticos en Albacete, Valencia y Cuenca, donde generaron una gran alarma social.
El triperóxido de triacetona (TATP), conocido como “la madre de Satán”, es un peligroso explosivo casero con un gran poder de destrucción y es utilizado a menudo en acciones terroristas yihadistas, como en los atentados de París, Bruselas y en la explosión de Alcanar previa a los atentados de Cataluña de agosto de 2017.
En la operación se han intervenido 730 gramos de este explosivo, listos para ser explosionados, tanto en el momento de la detención como en uno de los registros que se han practicado en la localidad de Socuéllamos, en Ciudad Real, donde residen algunos de los detenidos.
Durante este registro, los agentes también han encontrado materiales y compuestos químicos utilizados en la fabricación del explosivo.
El grupo criminal planificaba exhaustivamente sus acciones, seleccionaba sus objetivos en localidades de poca población, sin instalaciones de fuerzas y cuerpos de seguridad y con facilidad de escape en el caso de ser detectados, ha explicado la Guardia Civil.
Su manera de operar era siempre la misma: la mujer de uno de ellos trasladaba en vehículo hasta las inmediaciones de la población elegida al resto del grupo, formado por un mínimo de tres personas, uno de ellos experto en explosivos y con formación militar.
Desde allí, llegaban a pie a la entidad bancaria, siempre de noche, sin apenas presencia vecinal en las calles y después forzaban la ranura expendedora de dinero del cajero e introducían por allí el explosivo por el sistema conocido como «paleta de pizzero» o «bate de críquet».
Una vez colocado el explosivo, se escondían y hacían detonar la carga, gracias a lo cual podían acceder al interior de la sucursal y, en cuestión de minutos, abandonar el lugar con el botín.
En esta operación ha participado también la Europol, ya que parte del grupo desarticulado había actuado de la misma manera en otros países de la Unión Europea, como Alemania e Italia, lo que posiblemente permitirá la identificación de más miembros de la organización criminal.
