Francia aplicará un impuesto "verde" a los billetes de avión
El Gobierno francés espera recaudar 180 millones al año con esta medida
El Gobierno francés ha anunciado la implantación de un impuesto “verde” a los billetes de avión, que gravará a los pasajeros, en un intento por reducir el impacto medioambiental del transporte aéreo. Según ha explicado la ministra de Transportes, Elisabeth Borne, esta tasa afectará a todos los vuelos que despeguen desde aeropuertos franceses a partir del próximo año. Aunque excluirá a aquellos que hagan escala o tengan como destino la isla francesa de Córcega y los territorios franceses de ultramar.
Las cantidades a pagar por los pasajeros dependerá de la clase y del tipo de vuelo. Así, los vuelos nacionales e intracomunitarios tendrán un suplemento de 1,5 euros para tarifas económicas y de 9 euros para la business. Para viajes extracomunitarios los importes serán de 3 y 18 euros para las clases económicas o ejecutivas, respectivamente. Con esta medida el Gobierno espera recaudar 180 millones de euros al año, que serán utilizados para invertir en infraestructuras de transporte más ecológicos, sobre todo ferroviario, ha aclarado la ministra.
Elisabeth Borne ha justificado esta medida afirmando que “desde hace meses nuestros ciudadanos expresan un sentimiento de injusticia con respecto a la fiscalidad del transporte aéreo”. Y ha sentenciado que “Hay una urgencia” y que “Así que hemos decidido, al igual que otros países, implementar una ecocontribución progresiva”. También ha aclarado que esta medida se aplicará «a todas las compañías aéreas». Por su parte, Air France ha sido una de las primeras empresas en reaccionar. En un comunicado ha calificado de “incompresible” la medida.
«Esta nueva tasa penalizará fuertemente a la competitividad de Air France, en momentos en que la compañía necesita reforzar sus capacidades de inversión para acelerar la reducción de su impacto medioambiental, sobre todo en su plan de renovación de la flota», señaló la compañía francesa.
Según el grupo el 50% de su actividad se desarrolla desde aeropuertos nacionales, por lo que han estimado que esta medida les hará perder más de 60 millones de euros por año. Este anuncio se ha dejado notar en la bolsa. Las acciones de Air France-KLM cayó en la bolsa un casi 4%, hasta los 8.54 euros. Por su parte, Lufthansa, también cotizó a la baja, con una caída de 2,50%, hasta los 14,8 euros.
Suecia, país pionero en transición ecológica, ya introdujo en 2018 un impuesto similar que gravaba a los pasajeros con hasta 40 euros. Este, coincide con un movimiento conocido como «flight shaming», en referencia a la vergüenza o culpabilidad por volar, encabezado por Greta Thunberg.
La aviación es una de las industrias de transporte que más contaminación emite por pasajero, concretamente 285 gramos de CO2 por kilómetro recorrido, frente a los 158 gramos del transporte por carretera o los 14 del ferrocarril. La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) ha criticado fuertemente estos impuestos ecológicos. Sostiene que “ningún gobierno que haya introducido un impuesto sobre los billetes ha sido capaz de demostrar que este reduce las emisiones de CO2”.
Esta industria ya está sujeta al sistema de comercio de derechos de emisión de carbono de la UE y, a partir de 2020, a un nuevo mecanismo mundial denominado Plan de compensación y reducción de carbono para la aviación internacional (CORSIA). Andrew Murphy, experto en aviación de la ONG Transport & Environment (T&E), ha comunicado a AFP que “No creo que un impuesto de 18 euros disuada a nadie de volar». Aunque reconoce que “la buena noticia es que los ingresos serán invertidos en transportes más ecológicos”.