Una de cada cuatro adolescentes no tiene empleo, educación ni formación profesional
Este 2020 es un año crucial para acelerar el logro de la igualdad de género
El informe «Una nueva era para las chicas: un balance de 25 años de progreso», elaborado por Plan Internacional junto con UNICEF y ONU Mujeres, revela que, pese a los avances en educación desde la Declaración de Beijing, la discriminación y la violencia contra las mujeres y las niñas siguen siendo comunes. Esta investigación forma parte de la campaña Generación Igualdad y quiere conmemorar el 25º aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, presentado en vísperas del 64º período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer.
Pasados 25 años desde que se aprobara la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, adoptada por 189 países, garantizar los derechos de los 1.100 millones de chicas adolescentes que viven en el mundo actualmente sigue siendo el gran asunto pendiente de nuestra era. A día de hoy, todavía mil millones de niñas y mujeres viven en países que no alcanzarán la igualdad de género para el 2030.
El número de niñas fuera de la escuela ha descendido en 79 millones en los últimos dos decenios, y hoy casi dos de cada tres niñas estudian secundaria, comparado con una de cada dos en 1995. No obstante, muchas de las niñas escolarizadas no reciben una educación de calidad que les ayude a desarrollar habilidades y competencias clave, como las digitales o comunicativas, para incorporarse al mundo laboral. De hecho, casi una de cada cuatro adolescentes de entre 15 y 19 años no tiene empleo, estudios o formación profesional, comparado con uno de cada 10 chicos. En todo el mundo, 130 millones de niñas de entre 6 y 17 años no tienen acceso a la educación y, de ellas, un 75% son adolescentes. Todavía una de cada 10 mujeres jóvenes no sabe leer ni escribir.
“Es esencial que recordemos a los gobiernos su obligación de rendir cuentas sobre su compromiso con la histórica Declaración de Beijing, y hay muchos retos pendientes todavía 25 años después. Apoyar el desarrollo de las adolescentes tiene un triple beneficio social: para las niñas de hoy, para las mujeres adultas que serán y para las futuras generaciones. Esta década tenemos la oportunidad de hacer un avance histórico en materia de igualdad de género, pero las adolescentes no podrán prosperar y desarrollar todo su potencial si no tienen acceso a una educación y salud de calidad y viven libres de todas las formas de violencia”, subraya Concha López, directora general de Plan International.
Pese a que la esperanza de vida de las niñas ha aumentado ocho años desde entonces y cada vez es mayor el número de niñas que va a la escuela, las adolescentes se siguen enfrentando a una serie de obstáculos específicos, por razón de género y edad, que la Plataforma de Acción de Beijing no tuvo en cuenta en su momento y que hace que todavía estén invisibilizadas. Las realidades de las adolescentes hoy en día son notablemente diferentes a las de 1995, sobre todo teniendo en cuenta la incorporación de las nuevas tecnologías y los complejos contextos de crisis humanitarias.
La violencia de género sigue siendo una de las violaciones de derechos humanos más generalizada entre las adolescentes, para quienes el riesgo está en todas partes: en el hogar, en la comunidad, en las calles, en la escuela y online.
Los derechos de las niñas y adolescentes son violados a diario: 200 millones han sufrido mutilación genital, 50.000 mueren cada año por problemas derivados del embarazo o el parto y una de cada veinte niñas de 15 a 19 años –13 millones– han sufrido una violación. De ellas, se calcula que solo un 5%, o menos, han buscado ayuda profesional. En todo el mundo, 970.000 adolescentes de entre 10 y 19 años viven con VIH, comparado con 740.000 en 1995.
La cifra de matrimonios infantiles ha disminuido desde 1995, sobre todo en algunas regiones como el sur de Asia, donde la práctica ha pasado de un 59% a un 30% en los últimos 25 años. A pesar de ello, los avances están lejos de ser universales. Alrededor de 12 millones de adolescentes todavía están en riesgo de contraer matrimonios forzados, especialmente las más vulnerables. Nueve de los 10 países con las tasas más altas de matrimonio infantil son países en conflicto.
Para Plan International, organización comprometida con los derechos de la infancia y en especial de las niñas, Beijing+25 es una oportunidad para defender los derechos de las adolescentes e incluir sus voces en la toma de decisiones. En este sentido, para lograr una igualdad de género que tenga en cuenta la realidad de las adolescentes.
La ONG recomienda que los responsables políticos apliquen un enfoque de género en todos los programas, políticas y presupuestos, que los Estados adopten medidas específicas para poner fin a la violencia de género y a prácticas perjudiciales como la mutilación genital femenina, que los sistemas educativos adopten planes para prevenir y responder a todas las formas de violencia en lugares donde las niñas se enfrentan a acoso de forma frecuente y que se priorice la generación de datos sobre las necesidades de las adolescentes, especialmente de las más vulnerables.
Por otro lado, Plan International se suma a la “Generación Igualdad”, una campaña de ONU Mujeres que pretende reunir a las próximas generaciones de líderes a favor de los derechos de las mujeres con las defensoras y los defensores de la igualdad de género y las personas que, hace dos décadas, hicieron posible la creación de la Plataforma de Acción de Beijing.
Este 2020 es un año crucial para acelerar el logro de la igualdad de género. Se cumplen cinco años desde la puesta en marcha de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), se celebra el 20º aniversario de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre las mujeres, paz y la seguridad, y se cumple una década desde la creación de ONU Mujeres, la agencia de Naciones Unidas dedicada a promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.