Inglaterra y Escocia inician su programa de rastreo de contagios de COVID-19
Las autoridades sanitarias de Inglaterra cuentan con 25.000 empleados para ejercer esta labor de rastreo
Inglaterra y Escocia inician este jueves su programa de rastreo de contagios de COVID-19[contexto id=»460724″], que supone una parte clave del plan para la desescalada del confinamiento al prevenir la propagación del virus.
Inglaterra y Escocia son las dos regiones británicas más pobladas con 56 y 5,45 millones de habitantes respectivamente, de 66,6 millones en todo el Reino Unido. Allí miles de «rastreadores» llamarán o escribirán a personas que hayan dado positivo en un test del coronavirus a fin de trazar sus contactos recientes y pedirles que se aíslen 14 días aunque no presenten síntomas.
A partir de hoy, los británicos de cualquier edad que desarrollen síntomas, además de aislarse, deben solicitar por teléfono o internet ese test diagnóstico y, si dan positivo, serán entrevistados.
Las autoridades sanitarias de Inglaterra cuentan con 25.000 empleados para ejercer esta labor de rastreo, mientras que Escocia, cuyo Gobierno anunciará hoy más medidas de desconfinamiento, cuenta también con su propio equipo.
Irlanda del Norte ha habilitado ya su sistema de trazado de contagios y el principado de Gales se dispone a hacerlo a principios de junio.
En Inglaterra, los «rastreadores» empezarán poniéndose en contacto este jueves, por teléfono, SMS o correo electrónico, con las 2.013 personas que ayer dieron positivo por el virus, ha indicado el Gobierno británico.
El ministro de Sanidad, Matt Hancock, ha dicho que confía en que «la inmensa mayoría de la población» colaborará con este programa de carácter voluntario, destinado a propiciar una gestión localizada de la pandemia y permitir el funcionamiento de la sociedad en general.
El Ejecutivo conservador de Boris Johnson planea realizar este mismo proceso de rastreo de posibles contagiados con una aplicación de teléfono de móvil, pero esta se está probando aún en un programa piloto en la isla de Wight.
Políticos de todos los partidos y científicos han advertido de que la colaboración ciudadana en las medidas de control del virus podría disminuir después de que el primer ministro,, Boris Johnson, haya decidido mantener en el cargo a su asesor Dominic Cummings, que violó el confinamiento en el pico de la pandemia para reunirse con familiares.