Brooks, de 27 años, falleció tras ser tiroteado la noche del viernes en el aparcamiento de un local de la cadena Wendy’s en Atlanta. El informe del Departamento de Investigación de Georgia (GBI) dice que Brooks se resistió a ser detenido y forcejeó con dos agentes blancos.
Los detalles del episodio
El suceso comenzó en la noche del pasado viernes, cuando la policía acudió al aparcamiento «tras recibir una queja de que un hombre estaba dormido en un vehículo aparcado delante de la ventanilla» del restaurante, lo que dificultaba la recogida de alimentos a otros clientes, según ha informado el GBI.
Los agentes hicieron una prueba de alcoholemia a Brooks y, tras confirmar que estaba ebrio, intentaron detenerle, pero el joven «se resistió y comenzó un forcejeo» entre los tres, apunta la nota.
«El agente de policía sacó una pistola de descarga eléctrica, y los testigos dicen que, durante el forcejeo, el hombre (Brooks) agarró esa pistola eléctrica y se hizo con ella», agrega.
Un primer vídeo difundido en las redes sociales muestra el forcejeo con los agentes y cómo el hombre consigue zafarse de ellos y sale corriendo, perseguido por uno de los policías.
Un segundo vídeo publicado por el GBI muestra cómo Brooks, tras huir de los agentes, alargó su brazo hacia atrás y apuntó aparentemente al agente con la pistola de descarga eléctrica. En ese momento el agente de Atlanta agarró su arma, la disparó e impactó en el señor Brooks, y éste cayó al suelo. Murió horas después en el hospital al que había sido trasladado.
Otro punto de vista
Un abogado de la familia de Brooks, L. Chris Stewart, disputó la versión oficial en una rueda de prensa, al asegurar que los testigos con los que ha hablado no vieron a la policía hacer un test de alcoholemia a la víctima y subrayar que una pistola eléctrica no es un arma letal. «Su vida –la del policía blanco– no estaba en riesgo inmediato cuando disparó ese tiro», recalcó Stewart.