El 78% de los rusos ha apoyado las enmiendas constitucionales que permitirán al presidente Vladimir Putin permanecer en el Kremlin más allá de 2024, cuando expira su actual mandato, y extenderlo hasta 2036, cuando será octogenario.
Por qué es importante: este apoyo popular allana el camino para la posible permanencia de Putin en el poder durante 16 años más. Pero eso no es todo: la nueva redacción de la Constitución rusa alberga hasta 206 enmiendas y modificaciones que incluyen la indexación anual de las pensiones de los rusos, la inclusión de Dios en el texto o el reconocimiento del matrimonio únicamente cuando es la unión de un hombre y una mujer.
Frente al «sí» mayoritario, el 21,1% ha rechazado la reforma constitucional en el plebiscito, que se celebró entre el 25 de junio y este miércoles y en el que la participación ha subido al 64,9%. Entre ellos, el principal opositor al Kremlin, Alexei Navalny, que ha calificado como «enorme mentira» los resultados.
La mayoría de los rusos que participaron en la consulta popular optaron por ejercer su derecho al sufragio en los seis días previos a la fecha principal del plebiscito de este miércoles. Las autoridades idearon este mecanismo por primera vez con el pretexto de evitar aglomeraciones en medio de la pandemia de la COVID-19, lo que la oposición considera propicio para incurrir en fraude y en la manipulación de resultados.
La presidenta de la CEC, Ella Pamfílova, dijo en una rueda de prensa que no hubo denuncias de infracciones graves durante el sufragio y aseguró que solo tiene conocimiento de «cuatro» casos en los que es posible que se cuestione el resultado del voto por eventuales «violaciones» en el proceso electoral.