Los colegios electorales han abierto sus puertas a las 9.00 de la mañana en Galicia y el País Vasco, que celebran este domingo comicios autonómicos, los primeros convocados en España tras declararse la pandemia de coronavirus[contexto id=»460724″], que sigue activa con más de cien brotes en todo el país.
Lo más importante: los dos procesos electorales se celebran con el fantasma de la abstención rondando una convocatoria por vez primera en verano y con protocolos de protección frente a los contagios similares, que buscan favorecer el voto con la máxima seguridad. Gallegos y vascos se enfrentan a una nueva forma de votar, con mascarillas, guardando la distancia de seguridad de dos metros, con el lavado frecuente de manos, numerosas medidas de desinfección de superficies y evitando lugares concurridos y aglomeraciones.
La pandemia ha provocado que las personas contagiadas que tengan un PCR positivo no puedan votar presencialmente, tal y como decidieron los Gobiernos autonómicos en sendas decisiones avaladas por resoluciones de las juntas electorales y el Tribunal Supremo que, no obstante, cuestionan diferentes juristas. Ambas administraciones autonómicas han asegurado que hay suficientes medidas para ejercer el derecho a voto con seguridad, y así esperan que lo hagan sus ciudadanos.
En el País Vasco, las encuestas dan al PNV como favorito para ganar de nuevo las elecciones, a las que están llamados 1.794.313 ciudadanos, y vaticinan incluso una mejora en los resultados de hace cuatro años, lo que supondría aumentar los actuales 28 escaños, de un total de 75 en la cámara vasca. Pese a este resultado que apuntan los sondeos, los nacionalistas vascos estarían obligados a pactar y es previsible que opten por reeditar el pacto con el PSE-EE, que también confía en mejorar sus nueve escaños.
En Galicia, el presidente de la Xunta y candidato a la reelección, Alberto Núñez Feijóo, espera conseguir su cuarta mayoría absoluta, que en Galicia se sitúa en el nivel de los 38 escaños, mientras que sus rivales confían en sumar una mayoría alternativa de izquierdas.
Las primeras elecciones tras el estado de alarma se desarrollarán en pleno episodio de rebrotes en España -hay unos cien activos, según los datos de Sanidad- y serán un examen a varios niveles: tanto para el Gobierno de Pedro Sánchez como para las autonomías, que han asumido el control de la gestión de la pandemia en la desescalada. Lo que dio en llamarse desde el Ejecutivo de coalición «cogobernanza».