El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos ha fletado cientos de vuelos con inmigrantes enfermos de COVID-19 desde que comenzó la pandemia, según ha indicado una investigación de The New York Times y el Marshall Project.
Por qué te lo contamos: desde el mes de marzo, el ICE ha deportado a más de 40.000 inmigrantes. La mayoría de ellos son de Centroamérica y han sido trasladados a su país de origen, a pesar del riesgo de contagio.
La investigación ha comprobado cómo las condiciones de hacinamiento de algunos centros de detección de inmigrantes, la escasez de pruebas y el hecho de que los traslados se estén haciendo desde el mes de marzo son consecuencias de la propagación del coronavirus [contexto id=»460724″] tanto dentro como fuera de las fronteras de Estados Unidos.
La ICE ha confirmado, hasta la fecha, unos 3.000 casos positivos de COVID-19 en todos sus centros de detección civil del país. Sin embargo, el estudio muestra que en muchos casos no se han realizado pruebas a personas que posteriormente dieron positivo o mostraban síntomas del virus.
Por su parte, The New York Times ha investigado más de 750 vuelos nacionales a cargo del ICE, así como otros 200 con destino a otros países entre junio y marzo, la mayoría de ellos a Guatemala, El Salvador y Honduras. Estos dos últimos han aceptado más de 6.000 repatriados desde marzo, pese a tener impuestas restricciones para evitar el empeoramiento de la pandemia. El ICE, han detallado, se limita a hacer tests por muestreo a las personas que va a deportar a otros países y solo hace chequeos de temperatura generalizados.
Hasta el momento, unos 11 países han afirmado que han recibido ciudadanos enfermos con la COVID-19, demostrando que muchos de ellos pudieron haberse contagiado por las condiciones de los centros de detención en Estados Unidos. De todos los estados, solo Guatemala ha expresado su disconformidad hacia Washington por el hecho de que llegaran residentes infectados a sus regiones.
Además, la administración Trump ha presionado a los países de origen de los deportados con restricciones en visados si se oponían a los vuelos de repatriación.