Francia ha despedido este miércoles como a un «héroe» al profesor decapitado tras haber mostrado caricaturas de Mahoma en una clase, y ha asegurado, en palabras de su presidente, Emmanuel Macron, que continuará el combate por la libertad que él encarnaba porque «es más necesario que nunca».
Lo más importante: la Universidad parisina de la Sorbona, «lugar del humanismo» y del «saber universal», ha sido el escenario de un acto breve y solemne, en el que el féretro de Samuel Paty ha entrado a hombros de la Guardia Republicana y, a petición de la familia, al ritmo de One, de U2. Paty, que tenía 47 años y el viernes se convirtió según Macron en «el rostro de la República», recibió a título póstumo la Legión de Honor, la mayor condecoración que se concede en Francia, y su único hijo, de cinco años, se beneficiará de la protección especial del Estado.
«Fue asesinado porque los islamistas quieren nuestro futuro. Ellos separan a los fieles de los infieles. Paty solo veía a ciudadanos», ha declarado Macron, quien ha dejado claro que Francia «no renunciará a las caricaturas». El jefe del Estado ha destacado que ese profesor de Historia y Geografía en un instituto de Conflans-Sainte-Honorine, a unos 30 kilómetros de París, fue asesinado precisamente porque representaba esos valores republicanos «que renacen cada día en las aulas».
«Proseguiremos ese combate por la libertad del que eres desde ahora el rostro, porque te lo debemos y nos lo debemos. (…) Esa lucha es más esencial y actual que nunca», ha sostenido Macron ante unos 400 invitados, incluido el expresidente socialista François Hollande.
La primera dama, Brigitte Macron, no ha podido acudir al acto al estar en cuarentena por haber estado en contacto con un caso positivo de coronavirus, pero en una carta en el diario Le Parisien ha ensalzando su memoria y el trabajo de los profesores, que ha dicho que tienen en sus manos la labor de desarrollar el espíritu crítico de los alumnos para «hacerlos libres». «Hoy todos somos profesores», ha dicho en esa misiva quien durante 30 años enseñó francés en el mismo instituto en el que conoció al actual mandatario.
En el asesinato de Paty, según ha indicado este miércoles el fiscal antiterrorista de Francia, Jean-François Ricard, fue «crucial» precisamente la colaboración de dos alumnos, de 14 y 15 años, que están siendo investigados por complicidad en el atentado.
La identificación de la víctima «solo fue posible por la intervención de los estudiantes», ha recalcado Ricard en una declaración ante la prensa, en la que ha precisado que el agresor les ofreció entre 300 y 350 euros a cambio de información y les contó que quería humillarle, golpearle y obligarle a que pidiera perdón.
De los 16 detenidos por su posible relación con el ataque, solo esos dos estudiantes y otras cinco personas comparecerán ante el juez de cara a su eventual imputación, también por complicidad con un atentado terrorista contra una persona depositaria de la autoridad pública y por asociación terrorista criminal.
Entre ellos están tres amigos del agresor que le acompañaron a comprar el cuchillo y un arma de aire comprimido, el padre de una estudiante que originó la polémica al colgar en las redes mensajes críticos con la clase de Paty y el islamista radical Abdelhakim Sefrioui, que apoyó la movilización pública de este último.
El fiscal ha asegurado este miércoles que hay una relación directa entre las críticas lanzadas en las redes sociales y ese asesinato cometido por Abdoullakh Anzorov, un refugiado ruso de 18 años y origen checheno, que acabó muerto por los disparos de la policía.
Ese atentado, a su juicio, se inscribe en un contexto de amenazas de muerte desencadenado después de que la revista satírica Charlie Hebdo volviera a publicar las caricaturas del profeta antes de la apertura en septiembre del juicio por el atentado que sufrió en enero de 2015 precisamente por haber difundido esas viñetas.