El líder opositor ruso Alexéi Navalni, sobre quien pesa en Rusia una orden de busca y captura, ha aterrizado esta tarde en el aeropuerto moscovita de Sheremétievo, cuando se le esperaba en el de Vnúkoko en medio de un fuerte dispositivo policial, y en el control de pasaportes ha sido detenido. Varios policías le pidieron al opositor que les acompañara, tras lo cual Navalni solicitó ser acompañado por su abogado, petición que le fue denegada.
En contexto: el vuelo DP936, procedente de Berlín, trajo a Navalni de regreso a Moscú después de casi cinco meses de tratamiento médico en Alemania tras su envenenamiento en Siberia con una sustancia tóxica militar, del que responsabiliza al presidente ruso, Vladímir Putin.
El cambio de aeropuerto de destino se produjo a última hora «por causas técnicas» según la compañía aérea Pobeda, la operadora del vuelo, por lo que a las decenas de periodistas que esperaban a Navalni en Vnúkovo no les dio tiempo de llegar al otro aeropuerto. Al menos 53 personas, entre ellas varios aliados de Navalni, han sido detenidas cuando esperaban a Navalni en Vnúkovo.
La detención de Navalni «es una prueba más de que las autoridades rusas buscan silenciarle», señaló la directora de la oficina de Moscú de Amnistía Internacional, Natalia Zviágina. «La organización reitera su llamamiento a las autoridades rusas para que inicien una investigación penal sobre el envenenamiento de Navalni y garanticen que todos los responsables comparezcan ante la Justicia en un juicio justo».