Jorge Vilches: "La pandemia ha ofrecido al Gobierno poner en marcha su tentación totalitaria"
Las oportunidades existen y los momentos clave para aprovecharlas también. Así lo creen la periodista y diputada del PP en la Asamblea de Madrid, Almudena Negro y el politólogo Jorge Vilches. Pero, ¿Cuál ha sido la oportunidad y el momento? En su libro «La Tentación Totalitaria» lo explican: cómo ha utilizado el Gobierno de Coalición la pandemia para que “los españoles adquirieran tal miedo que se abandonaran en manos del Gobierno” y cómo el Ejecutivo ha “colonizado” todas las instituciones del Estado.
Pregunta (P): ¿Qué es la tentación totalitaria?
Respuesta (R): Es el alma del socialismo. Las izquierdas, tanto ayer como hoy, quieren poner al servicio de su causa las instituciones, que son de todos, no suyas. Al tiempo, legislan para transformar la educación, la costumbres, el comportamiento privado, y establecer una moral oficial. En suma, quieren controlar todo para conseguir el hombre y la sociedad nueva que, por supuesto, serán “progresistas”. Por ese camino se sacrifican el pluralismo, la libertad y la democracia.
(P): Decís en el libro que están cambiando el régimen por la puerta de atrás.
(R): Por supuesto. Es la consecuencia de la deriva del PSOE desde Zapatero, que inició la ruptura del eje del consenso político entre los constitucionalistas firmando el pacto del Tinell para apartar al PP de la vida política. Ese proceso lo han consumado Sánchez e Iglesias, quienes han establecido un nuevo eje con aquellos que quieren romper el orden constitucional. Lo dijo Pablo Iglesias el día de la aprobación de los PGE: hay una nueva mayoría que forman socialistas, comunistas e independentistas para la “dirección de Estado” que iba a hacer que la derecha no volviera al Gobierno durante mucho tiempo.
(P): ¿Se parecen Vox y Podemos?
(R): Esto escuece, pero ambos usan un estilo populista, aunque desde trincheras diferentes. Es algo muy conocido en el mundo académico. El populismo es una forma de hacer política, de comunicar, construir mensajes, escenificar la protesta, interpretar el sistema y el conflicto. Eso ocurre en España y en el resto del mundo. Esto no significa que el resultado o la naturaleza de Vox sea como la de Podemos. Salvo en el estilo, en el resto son opuestos.
(P): ¿Por qué llaman al ecologismo y al feminismo «religiones civiles»?
(R): Porque se han convertido en dogmas de obligado cumplimiento. Además, tienen la forma de una religión: el paraíso futuro conseguido por el estricto cumplimiento de los mandamientos, un clero jerarquizado, manifestaciones de fe colectiva, victimismo basado en la memoria y la colectivización, cantos, banderas, mártires, santos y santas laicas, mesías y profetas. Quien no siga al dedillo el dogma ecologista o feminista solo puede esperar la muerte civil al ser acusado de hereje. No permiten la más mínima crítica.
(P): Tras el «sorpasso» de Vox al PP en Cataluña, ¿qué lectura deberá hacer el PP?
(R): El PP está en un proceso de regeneración desde hace solo tres años. Es un proceso laborioso porque tiene que ajustar el proyecto y la unidad interna a la figura de Pablo Casado. Ahora todo va muy deprisa y la correlación de fuerzas en la derecha dificulta el panorama. No es como en los años 90.
(P): ¿Es posible no caer en la posverdad en la era Twitter?
(R): La mentira ha existido siempre. Mire la famosa leyenda negra de España. Entonces no había redes sociales, se propagó por todo el mundo y llega hasta hoy. La posverdad se aprovecha del deseo de la gente de creer lo que quiere oír. Antes era por otros medios, ahora es por las redes.
(P): ¿Ha mostrado el Gobierno de España una deriva autoritaria desde que PSOE y Unidas Podemos iniciaron su legislatura?
(R): Es evidente. La pandemia ofreció al gobierno socialcomunista poner en marcha su tentación totalitaria porque se aprovecharon de la servidumbre voluntaria de una sociedad mansa como la nuestra, como la europea en general. El miedo al futuro hace que la gente se eche en brazos de un Gobierno paternalista que le dice que si sacrifica su libertad le va a asegurar su porvenir material.
(P): ¿Qué son los “nuevos pactos de la Moncloa”?
(R): Fue un intento de someter a las oposiciones al dictado del Gobierno. Sánchez apelaba a la unidad, que significaba no criticar, no censurar y no fiscalizar su acción de gobierno. En realidad, pretendía eliminar a los opositores bajo la excusa del patriotismo frente a la pandemia. De hecho, se han dedicado a llamar “antipatriotas” y “antidemócratas” al PP y a Vox incluso cuando estos partidos han apoyado en alguna ocasión al Gobierno.
(P): ¿Cómo ha sido el ataque al Poder Judicial?
(R): El totalitario necesita eliminar todos los obstáculos a su pretensión de encarnar la voluntad general. Por eso quiere someter al poder judicial, convertirlo en un apéndice de la política gubernamental, y atacan, por ejemplo, a la Monarquía, porque es una institución que se escapa a su control ideológico.
(P): ¿Por qué sigue funcionando tan bien todo lo que tenga que ver con la Guerra Civil?
(R): El motivo es que vivimos en una democracia sentimental, donde la apelación a las emociones marca la política. Las izquierdas necesitan construir y refrescar continuamente el relato del pasado para movilizar a los suyos, y lo hacen generando odio y rencor. Fíjese cómo no recuerdan éxitos colectivos, de esos que unen a todos los españoles, como la Transición, sino solamente acontecimientos que enfrentaron a unos españoles contra otros. De ahí su obsesión por la “memoria histórica”, Franco y la Guerra Civil.