Sánchez no quiere que Yolanda Díaz tenga más rango que Nadia Calviño
El presidente acepta que la dirigente gallega mantenga la cartera de Trabajo, pero en ese caso sería vicepresidenta tercera, en lugar de segunda.
El presidente acepta que la dirigente gallega mantenga la cartera de Trabajo, pero en ese caso sería vicepresidenta tercera, en lugar de segunda
Cuando Pablo Iglesias deje el Gobierno para asumir la candidatura de las elecciones en Madrid del próximo 4 de mayo, justo antes de que comience la campaña, Yolanda Díaz se convertirá en la nueva vicepresidenta. Lo que aún no está claro es qué puesto ocupará: si será vicepresidenta segunda o tercera.
Fuentes gubernamentales aseguran que la pretensión de los socialistas es que Nadia Calviño ascienda en el escalafón por delante de Yolanda Díaz. Para que así pueda seguir asumiendo la presidencia de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos. Esa sería la solución pactada para que Díaz pueda retener Trabajo y a la vez ser vicepresidenta. Varias fuentes del Ejecutivo apuntan en esa dirección. En la parte socialista del Gobierno no gustó que Iglesias fuese el que diese por hechos los relevos: «Decide el presidente, no Pablo Iglesias». Ya apuntan con claridad a que Yolanda Díaz no podría estar por encima de Calviño.
Pedro Sánchez e Iglesias han mantenido este martes, tras el Consejo de Ministros, una breve reunión para analizar el escenario que se abre con la inesperada salida del líder de Podemos. “Ambos consideran que hay acuerdo en los cambios que deben acometerse y solamente falta rematar algunos detalles en base al acuerdo de coalición”, ha señalado después el Gobierno a través de un comunicado.
Esos “detalles” por “rematar” tienen que ver con Díaz, también señalada por Iglesias como próxima candidata de los morados a las elecciones generales, que salvo adelanto, se celebrarán a finales de 2023. Mientras tanto, la parte socialista del Gobierno ha comenzado a exteriorizar en privado el malestar que provocó el anuncio de Iglesias. No tanto por su sorprendente marcha a Madrid, que en un primer momento descolocó al PSOE, sino por la forma en la que el todavía vicepresidente segundo transmitió los relevos en el Ejecutivo, sin consultarlos antes con el presidente.