Los partidos opositores israelíes han alcanzado un acuerdo para formar una coalición sin el actual primer ministro, Benjamin Netanyahu, que, en caso de ratificarse el Gobierno en el Parlamento, perdería el cargo después de 12 años seguidos en el poder.
Lo más importante: este Ejecutivo, que debe ser ratificado en los próximos 12 días, consistirá de una extraña mezcla de partidos, incluyendo a ultraderechistas e izquierdistas, religiosos y laicos, y hasta un partido islamista, algo insólito en la historia del país. Otra de sus particularidades será que contará con dos primeros ministros: el ultranacionalista religioso Naftali Benet, líder de Yamina, que ocupará el cargo durante dos años, y el centrista laico Lapid, que encabeza la formación Yesh Atid.
Poco antes de la medianoche del miércoles, cuando acababa su plazo para conformar un Ejecutivo, el líder de la oposición, Yair Lapid, comunicó al presidente de Israel, Reuvén Rivlin, que habían logrado un pacto de gobierno en el que estarían implicados otros siete partidos de la oposición. «Me comprometo con usted, señor presidente, a que este gobierno trabajará para servir a todos los ciudadanos de Israel», dijo Lapid.
Aunque las carteras ministeriales aún no estén formalmente divididas, los medios locales informan de que Beny Gantz, líder de Azul y Blanco, continuaría en el cargo de ministro de Defensa, y que Lapid y Benet se alternarían también en el puesto de ministro de Asuntos de Exteriores cuando no ocupen el de primer ministro. El acuerdo de rotación entre Benet y Lapid prevé que el primero ocupe el cargo de primer ministro hasta septiembre de 2023, cuando cedería el testigo a Lapid -hasta ese momento ministro de Exteriores- que ejercerá de jefe del Gobierno hasta noviembre de 2025.
La cartera de Justicia la ocuparía Guideon Saar, que encabeza Nueva Esperanza; mientras que Avigdor Lieberman, de Israel Nuestro Hogar, estaría al frente de Finanzas. Por otra parte, la líder laborista Merav Michaeli sería la nueva ministra de Transporte; y Nitzán Horowitz, líder de Meretz, dirigirá la cartera de Sanidad.
Todo esto, sin embargo, depende de que el nuevo Gobierno cuente con el apoyo de al menos 61 diputados durante la jura en el Parlamento, algo que todavía no está garantizado. Hasta ese momento, e incluso ese mismo día durante la ceremonia, nada estará cerrado y todo puede cambiar. Esto resulta especialmente relevante considerando la fragilidad de la coalición anunciada, no solo por la diversidad de partidos que la componen sino por contar con una mayoría muy ajustada de tan solo 62 diputados de una Cámara de 120.
De concretarse la formación de esta coalición, Benjamin Netanyahu abandonaría el cargo de primer ministro tras 12 años, y pasaría a liderar la oposición a través de su partido, el Likud. Además, Israel saldría de un bloqueo político de más de dos años y que incluyó cuatro elecciones generales.