González Laya, firme candidata a salir del Gobierno de Sánchez
La crisis con Marruecos ha puesto en la diana a la ministra de Exteriores, que podría ser una de las sacrificadas en la reorganización del Ejecutivo
La crisis con Marruecos ha puesto en la diana a la ministra de Exteriores, que podría ser una de las sacrificadas en la reorganización del Ejecutivo
En medio de fuertes rumores de una reformulación del equipo ministerial del Gobierno de Pedro Sánchez, un nombre destaca por encima del resto para ser sustituido: Arancha González Laya. La ministra de Exteriores se ha visto envuelta en una crisis con el vecino del sur, Marruecos, que, según las fuentes consultadas por El Liberal, ha puesto en peligro su futuro en los planes de Sánchez e Iván Redondo. La decisión está prácticamente tomada: no cuentan con ella.
Desde el Ejecutivo, consideran que las decisiones y la forma de afrontar la crisis diplomática con la monarquía que lidera Mohamed VI, así como los claroscuros en la acogida del líder del Frente Polisario en España, han hecho mella en la imagen del Gobierno de coalición, ya de por sí dañada por la pésima gestión durante la pandemia del coronavirus.
De una identidad falsa a una entrada masiva
El inicio de la crisis se debió, precisamente, a una decisión de Exteriores, departamento que lidera González Laya, cuando se dio cobijo al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en un hospital de Logroño tras haberse contagiado de COVID. La ministra siempre defendió que tomó la decisión por «razones humanitarias», aún teniendo en contra a buena parte del Consejo de Ministros, por el riesgo que suponía acoger a un enemigo acérrimo de Marruecos. A esto se le suma las formas a la hora de realizar esta delicada operación: haber utilizado una identidad falsa para registrarlo sin informar al Gobierno de Rabat.
La falta de comunicación entre González Laya, y su homólogo marroquí, Saadeddine Othmani, fue tomada por Marruecos como una falta de respeto sin precedentes, al no entender cómo un país «socio» como España pudiera acoger en su territorio a un enemigo del país sin informar por vías diplomáticas. Rabat no dudó en responder, evitando también la diplomacia, de forma desmedida: abrir la frontera con España en Ceuta para permitir la entrada masiva de inmigrantes.
Por ello, y según las fuentes consultadas por El Liberal, González Laya, tendría más que abierta la puerta de salida, al ser considerada la gran responsable de una crisis que ha pasado factura, ya no solo a la imagen de España a nivel internacional, sino al Gobierno de coalición en general y a Pedro Sánchez en particular.