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Biden, tras su reunión con Putin: «Lo último que quiere es una nueva Guerra Fría con EEUU»

Biden, tras su reunión con Putin: «Lo último que quiere es una nueva Guerra Fría con EEUU»

Sergei BOBYLYOV | AFP

La cumbre entre el presidente de EEUU, Joe Biden, y el de Rusia, Vladímir Putin, que ha tenido lugar este miércoles en Ginebra, ha acabado tras su reunión ampliada y el dirigente estadounidense ha señalado, posteriormente, que «la última cosa» que el líder ruso quiere es una nueva Guerra Fría con EEUU.

Qué han dicho: Estados Unidos y Rusia iniciarán consultas de ciberseguridad tras las acusaciones estadounidenses sobre supuestos ataques desde territorio ruso, según han informado ambos. Asimismo, han discutido la situación en Siria, la problemática de las armas nucleares en Irán, las incidencias con Ucrania y la temática bielorrusa, entre otros temas. Los dos mandatarios han estado de acuerdo en que la reunión ha transcurrido de forma «positiva» y «productiva».

El encuentro ha tenido lugar en Ginebra, Suiza, y ha estado enmarcado por las regias inmediaciones de un palacete del siglo XVIII, Villa La Grange, pertrechado por 4.000 policías y militares. En este sentido, Biden ha tomado la iniciativa y ha tendido primero la mano a Putin. «Siempre es mejor verse cara a cara», ha dicho el estadounidense al inicio del primer evento con el líder ruso desde que llegó a la Casa Blanca. A la interpelación, el segundo ha respondido agradeciendo la iniciativa de la reunión y ha señalado que esperaba que fuera «productiva».

En cualquier caso, pese a las tiranteces entre ambas potencias cuyas raíces se entierran profundo, Putin ha asegurado que el encuentro ha concluido «sin hostilidades». Asimismo, cree que ambos han hablado «el mismo idioma» y ha descrito a Biden como una persona «equilibrada» y «muy experimentada». «Estoy firmemente convencido de que podemos cooperar», ha asegurado en la rueda de prensa en solitario que ha ofrecido.

Aunque el único punto de acuerdo entre la Casa Blanca y el Kremlin era que las relaciones entre ambos países están en su punto más bajo en décadas, Biden ha asegurado en su conversación con los medios tras la reunión que «mi agenda no está en contra de Rusia o de nadie, sino para ayudar a la gente americana». Ha resumido que el tono entre ambos líderes ha sido «positivo» y que no se ha dado en una «escena hiperbólica».

Pese a ello, el líder del Partido Demócrata ha aseverado con vehemencia que ha advertido a su interlocutor de cualquier injerencia en las elecciones estadounidenses: «Le dije claramente que no toleraríamos los intentos de violación de nuestra soberanía democrática o de desestabilización de nuestras elecciones democráticas y que responderíamos».

En cuanto a las conclusiones más tangibles, ambos han adoptado una declaración conjunta en la que constan que sus países son capaces de lograr, incluso en períodos de tensión, avances en materia de seguridad estratégica. El documento subraya que «Rusia y EEUU han demostrado que aun en periodos de tensión son capaces de lograr progresos en el cumplimiento de objetivos comunes para garantizar la predictibilidad en el ámbito estratégico, disminuir los riesgos de conflicto armados y la amenaza de una guerra nuclear».

Es cierto que los temas de controversia son numerosos y las discusiones prometían ser ásperas y difíciles, en particular sobre Ucrania y Bielorrusia, y uno de los temas más sensibles es el de la desinformación en línea y los ataques informáticos. Al respecto, Putin ha asegurado haber acordado con Biden «abrir un diálogo sobre ciberseguridad[contexto id=»382849″]».

Otro de los temas más candentes que protagoniza el Kremlin es el caso del opositor ruso Navalni, que el líder del país ha intentado eludir en la rueda de prensa, pero a lo que La Casa Blanca ha dado especial relevancia. «He dejado claro al presidente Putin que continuaremos la carrera por los derechos humanos», ha señalado el dirigente, y que las consecuencias serán devastadoras para Rusia si muere el opositor ruso Alexéi Navalni.

En otra línea, el estadounidense también ha comunicado que han acordado recurrir a la diplomacia para resolver sus diferencias sobre Ucrania, en base al acuerdo de Minsk y que ha resaltado «el compromiso inquebrantable de EE.UU con la soberanía e integridad territorial de Ucrania».

Por otra parte, el dirigente ruso ha afirmado que Moscú y Washington pueden llegar a un acuerdo para canjear a sus ciudadanos presos y que se «planteó este asunto en relación a los ciudadanos estadounidenses que se encuentran en prisiones de la Federación Rusa». Por ello, «se puede llegar a determinados compromisos» y «el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia y el Departamento de Estado de EEUU trabajarán en esa dirección».

Igualmente, Putin ha asegurado que Estados Unidos no debe preocuparse por una posible militarización rusa del Ártico, pues «no tiene ningún fundamento».

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