Dos periodistas afganos son detenidos y golpeados por los talibanes por cubrir una manifestación
Taqi y Nematullah, dos reporteros del medio afgano Etilaat Roz, cubrían el miércoles en Kabul una manifestación para su periódico, pero su presencia no gustó a los talibanes, que los detuvieron durante cuatro horas y les dieron una brutal paliza.
En contexto: Taqi Daryabi, fotógrafo de 22 años, y Nematullah Naqdi, camarógrafo de 28 años, acudieron el miércoles por la mañana a cubrir una manifestación ante una comisaría de Kabul. Los combatientes talibanes, que patrullan la ciudad desde la toma de control de la capital, se echaron encima de Nematullah en cuanto comenzó a grabar para impedírselo.
La manifestación acababa de comenzar. Solo algunas decenas de mujeres estaban presentes para defender su derecho a trabajar y estudiar, una de las reivindicaciones principales de las protestas antitalibanes que se celebraron en los últimos días en varias ciudades del país. Los talibanes intentaron arrebatar la cámara de Nematullah, pero él logró escapar y dársela discretamente a una manifestante.
Finalmente, fue llevado a la fuerza a la comisaría. Dentro, «los talibanes comenzaron a insultarme, a golpearme, darme patadas», recuerda. Después lo metieron en una habitación vacía y se cebaron con él, explica. «Me ataron las manos a la espalda, me tumbaron en el suelo y me golpearon con palos, cables y tubos. Con todo lo que podían encontrar». «Gritaba, no paraba de decir que era periodista, pero no les importaba. Les daba igual. Me dieron patadas en la cabeza, me destrozaron la espalda… Duró unos 10 o 15 minutos. Creí que me mataban», añade.
Después, fue llevado a una celda con otras 15 personas, donde se encontró con Taqi, que también había sido detenido y golpeado y tenía la cabeza ensangrentada. «Estábamos tumbados en el suelo, me dolía tanto todo que no podía moverme», dice Taqi. Unas cuatro horas después, a primera hora de la tarde, los talibanes los liberaron, les dieron sus teléfonos y los echaron entre insultos.
Ya de regreso a la oficina, los dos periodistas accedieron a quitarse la ropa para mostrar sus cuerpos cubiertos por enormes hematomas.
El miércoles por la noche, los dirigentes afganos endurecieron el tono y anunciaron la prohibición de las manifestaciones «hasta nueva orden», tras haber pedido a los medios que no las cubrieran ni publicaran nada sobre ellas. Sin embargo, hay otras manifestaciones previstas, que serán una verdadera prueba para el nuevo régimen, que se comprometió a defender la libertad de expresión.
En estos días, varias decenas de periodistas han sido golpeados, detenidos o se les ha impedido cubrir las manifestaciones. Se trata sobre todo de periodistas afganos, más que de reporteros extranjeros, según testigos.