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30 años de la Conferencia de Madrid: la primera vez en la que Israel y Palestina se sentaron a negociar

Aquella cita de tres días en el Palacio Real de la capital española marcó un antes y un después en la relación entre ambos países

30 años de la Conferencia de Madrid: la primera vez en la que Israel y Palestina se sentaron a negociar

Aquella cita de tres días en el Palacio Real de la capital española marcó un antes y un después en la relación entre ambos países

Tras décadas de conflicto, israelíes y palestinos se sentaban por primera vez a negociar, hace 30 años, en la Conferencia de Madrid, la primera piedra de un proceso de paz encallado tres decenios después, sin haber puesto fin a la ocupación militar israelí ni lograr la creación de un Estado palestino.

Esa cita de tres días en el Palacio Real de Madrid fue, para los palestinos, la primera vez que se puso sobre la mesa su máxima de «paz por territorios» como punto de partida para un Estado propio; mientras que para los israelíes implicó el reconocimiento de sus vecinos árabes al derecho a existir del Estado de Israel.

Juntar a Jordania, Siria o Líbano, además de los palestinos, con Israel en este encuentro fue la contraprestación que pagó EEUU, que auspició la conferencia con el apoyo de una URSS en vías de extinción, por el apoyo del mundo árabe a la Guerra del Golfo (1990-91) ocho meses antes.

«Estoy aquí. Ya no puedes negar más mi existencia», clamó el fallecido Saeb Erekat -número dos del equipo palestino en Madrid y jefe negociador de 1995 a 2003-, con la «kufiya» palestina blanca y negra sobre los hombros, mirando a los ojos al primer ministro israelí, Isaac Shamir, en alusión a la presencia en la sala de palestinos, representados por otros en el pasado.

Israel, con el apoyo de EEUU, se opuso a la presencia con entidad propia de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), liderada por un Yaser Arafat entonces en Túnez, y no la reconoció como interlocutor válido hasta 1993, pero sí acudió una representación palestina integrada dentro de la delegación jordana.

«El evento fue un éxito. Creó muchas expectativas serias y justificadas», señaló a Efe Ghassan Khatib, uno de los representantes palestinos que participó en la conferencia, entonces como un joven activista de la causa palestina, que luego llegó a ser ministro en la década de los 2000.

La Conferencia de Paz de Madrid para Oriente Medio condujo después a las negociaciones secretas en Washington que fructificaron en los Acuerdos de Oslo de 1993, «un pacto problemático y decepcionante que se desvió de las bases sentadas en Madrid», indica Khatib.

Para Khatib, que participó en las negociaciones de paz hasta 1993, el liderazgo palestino sacrificó demasiado en Oslo y cometió el «grave error» de aceptar que no se mencionara en el acuerdo que Israel debía frenar la expansión de asentamientos en los territorios ocupados.

«Oslo logró terminar de facto con la situación de guerra y puso fin a la Primera Intifada, pero no terminó con la ocupación militar de Israel y ni nos dio a los palestinos el derecho a la autodeterminación, una situación que se prolonga hasta nuestros días, 30 años después», lamenta el negociador palestino.

Para Zalman Shoval, embajador de Israel en Washington en 1990-93 y 1998-2000 y negociador en este proceso de paz, el principal éxito de Madrid fue que abrió la puerta a la normalización de relaciones diplomáticas con Jordania, selladas en 1994, país que ha jugado un papel clave desde entonces como interlocutor en este conflicto.

«Siria no tenía interés en mantener negociaciones bilaterales como nosotros y los libaneses se limitaban a seguir a los sirios. Con los palestinos, luego supimos que recibían órdenes directas desde Túnez de Arafat y se limitaron a hacer propaganda. Con quien realmente hicimos progresos en Madrid fue con Jordania», rememoró Shoval en conversación con Efe.

La Conferencia de Madrid también alumbró una fórmula de autogobierno para los palestinos que culminó con la creación en 1994 de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), presidida hoy por un Mahmud Abás octogenario, con su popularidad en caída libre, sin un sucesor claro y sin potestad en la Franja de Gaza, gobernada por el movimiento islamista Hamás.

Ante esta situación, Shoval admite que las posibilidades de revivir el proceso de paz, en punto puerto desde hace más de una década, son «prácticamente nulas» y criticó que los palestinos «todavía no hayan reconocido expresamente el derecho de Israel a existir, sino que solo lo han aceptado de facto».

El exembajador asegura que los Acuerdos de Abraham, «el paso más importante desde 1948 en las relaciones entre Israel y el mundo árabe», han cambiado la correlación de fuerzas y que «la solución de los dos Estados ya no es relevante en este nuevo contexto».

Sin embargo, Khatib, con quien se sentó cara a cara hace 30 años en Madrid, aún alberga la esperanza de ver un Estado palestino, con todos los derechos y libertades garantizados, ya que en las nuevas generaciones de palestinos conservan «el compromiso con la lucha y la resistencia» de sus padres y abuelos, lo que «tarde o temprano llevará a un Estado propio». 

Fuente: EFE

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