El expolicía negro Eric Adams se perfila como el ganador de las elecciones del martes a la alcaldía de Nueva York, un cargo que suele ser considerado como el más difícil después de la presidencia de Estados Unidos.
Este centrista del Partido Demócrata, criado en los barrios pobres de Nueva York, deberá continuar la labor del actual alcalde, Bill de Blasio, quien, a pesar de su impopularidad, piloteó durante la pandemia los destinos de la capital económica y cultural de Estados Unidos, que alberga ocho millones de habitantes.
Si se impone a su rival republicano Curtis Sliwa el martes, como se espera en una ciudad de tradicional mayoría demócrata, Adams, de 61 años, será el segundo alcalde afroamericano en la historia de Nueva York, después de David Dinkins (1990-93).
En las primarias demócratas de junio se mostró como un líder fuerte, defensor de las clases media y popular, y se puso a la vanguardia de la lucha contra la discriminación racial. También prometió ser inflexible en la lucha contra el crimen.
A diferencia de la congresista neoyorquina Alexandria Ocasio-Cortez, del ala izquierda del Partido Demócrata, Adams es allegado a los círculos empresariales de la Gran Manzana, pulmón financiero del planeta.
Para Mitchell Moss, profesor de la Universidad de Nueva York, «el alcalde es la fuerza política dominante en la ciudad. Se necesita a alguien que pueda demostrar autoridad».
De Blasio, que dejará el puesto el 31 de diciembre, es considerado «indeciso» mientras que Adams «tiene la personalidad que conviene a los neoyorquinos que quieren a su alcalde en el campo, en los barrios y en el trabajo por mañana», dijo Moss.
Enorme presupuesto
El alcalde de Nueva York maneja el mayor presupuesto municipal de Estados Unidos, 98.700 millones de dólares para el año fiscal 2021-2022, dedicado en parte a la salida de la crisis sanitaria.
También controla la fuerza policial más grande del país, con 36.000 empleados, y el enorme sistema de educación pública que la pandemia de coronavirus puso a prueba.
Si gana, Adams deberá gestionar la salida de la pandemia con la apertura de las escuelas y la vuelta a la normalidad en Manhattan, donde miles de comercios están cerrados y varias torres de oficinas están medio vacías. También deberá combatir las flagrantes desigualdades sociales, las viviendas precarias, la infraestructura en mal estado, sin mencionar el esperado cierre de Rikers Island, la terrible prisión superpoblada, ultraviolenta e insalubre.
Asimismo, le tocará continuar con la reforma de la policía, acusada de tener en sus filas agentes violentos, racistas y corruptos, pero sin alienar a su antiguo cuerpo, poderoso y sindicalizado.
Llegar a la alcaldía sería la culminación de un viaje extraordinario para este hijo de Brooklyn, nacido en una familia pobre, que coqueteó con el crimen en Queens cuando era adolescente, antes de ingresar a la fuerza policial e iniciar una carrera política en el Partido Demócrata.
Fue asimismo senador del estado de Nueva York y presidente del distrito de Brooklyn, trampolín hacia la alcaldía.
Arrestado a los 15 años
Adams contó que cuando tenía 15 años fue golpeado por agentes de policía durante su arresto por un delito menor. Eso fue lo que lo impulsó a incorporarse a la policía: «No quería que un niño pasara por lo que yo había pasado; traté de cambiar el sistema desde adentro«, escribió en el diario The New York Times en 2014.
A mediados de los 1980, a los 25 años, se convirtió en agente de policía, donde pasó 22 años y alcanzó el rango de capitán. En 1995, fundó un sindicato que lucha contra el racismo.
La policía de Nueva York ha sido señalada, incluso con denuncias ante la justicia, por su violenta represión de las manifestaciones antirracistas del movimiento Black Lives Matter en 2020, tras el asesinato del afroestadounidense George Floyd a manos de un policía blanco en Minneapolis.
Pero Adams es «más un pragmático que un ideólogo de izquierda», dijo Robert Shapiro, politólogo de la Universidad de Columbia, y rechaza el eslogan ‘Desfinanciar a la policía’, coreado en 2020 por la izquierda estadounidense.
Finalmente, Adams se enorgullece de haberse vuelto vegano en 2016 para curar su diabetes e incluso escribió un libro de cocina para convencer a los afroestadounidenses a hacer lo mismo.