«Incertidumbre y desconcierto». Son las palabras que resumen la sensación de los 175 guardias civiles navarros que, a un mes de que se haga efectivo el traspaso de las competencias de tráfico a la Policía Foral de Navarra, siguen sin saber cual será su situación profesional a partir del 1 de diciembre, cuando previsiblemente el Ejecutivo Central y el Gobierno regional suscribirán el acuerdo sobre la cesión.
El vicepresidente primero y consejero de Presidencia, Igualdad, Función Pública e Interior del Gobierno de Navarra, Javier Remírez, afirmó en septiembre que el traspaso de la competencia de tráfico se realizaría de «forma progresiva» y que se activaría una «pasarela» para que los agentes afectados pudiesen integrarse en la Policía Foral.
Puntos, añadió poco después el consejero, que el Gobierno navarro concretaría más a fondo a finales de septiembre o principios de octubre. La realidad, en cambio, es que dos meses después de aquellas palabras, los guardias civiles siguen sin saber absolutamente nada sobre su futuro dentro o fuera de la Benemérita.
«No queremos tocar mucho el tema, hay mucha incertidumbre en estos momentos, no sabemos qué va a pasar. Es un tema complicado y están todos los agentes a la espera de por dónde van a salir los tiros», apunta a THE OBJECTIVE un guardia civil destinado en Navarra.
En la Consejería de Interior navarra, según indican fuentes de este departamento, «continúan trabajando» en la transferencia y señalan, sin especificar más detalles, que «en las próximas semanas trascenderá cómo será esa pasarela» para los agentes que deseen formar parte de la policía autonómica.
Una fórmula «legal», insisten las mismas fuentes, «recogida en la ley foral de los policías de Navarra. Contestando así a las diferentes asociaciones de guardias civiles que, hace unas semanas, dudaron de la legalidad de la pasarela apuntando a que «ni en la ley de la Guardia civil ni en el régimen de personal existía esa figura».
Reubicación
Frente a la opción de integrarse en la Policía navarra, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, también se comprometió a que los guardias civiles del Subsector de Tráfico pudiesen permanecer destinados en otra unidad de de la Benemérita en la comunidad foral. Se trata de entre el 10 y el 12% de los casi 1.500 guardias civiles que hay en Navarra.
Respecto a esta promesa, fuentes de Interior admiten a este periódico que «se mantiene» pero que «por ahora» no se conocen más datos de «cómo se abordará esa reubicación» dentro del Cuerpo. «Seguimos trabajando, pero no podemos concretar nada», aseguran.
El traspaso de las competencias de tráfico a Navarra no supondrá solo la vigilancia en las carreteras, sino que la comunidad foral asumirá también el régimen sancionador, la seguridad vial o el capítulo relativo a las autoescuelas. Tareas para las que la policía foral necesitaría aumentar su plantilla en 149 agentes en la sección de Tráfico.
«Somos moneda de cambio»
El acuerdo que han alcanzado ambos Gobiernos se trata de una vieja reivindicación de un sector de la clase política navarra, que se hará realidad el próximo diciembre después de un año y medio de retraso. Éste fue uno de los puntos del acuerdo que firmó el PNV con el PSOE el 30 de diciembre de 2019 para que votara a favor de la investidura de Pedro Sánchez.
Es en lo que basan su enfado, precisamente, las asociaciones de guardias civiles, como la Unión de Oficiales: «Cualquier cambio que se realiza debe estar dirigido a mejorar el servicio que se presta al ciudadano. En este caso, es de público conocimiento que lo que hay detrás es una negociación política de apoyo a los presupuestos en los que la Guardia Civil es la moneda de cambio. Es parte del precio que debemos pagar por nuestra intensa lucha para acabar con el terrorismo de ETA. Así se nos agradece».
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), además, exige al Ministerio del Interior que detalle «cuanto antes» las opciones que tendrán los agentes navarros a partir del 1 de diciembre. «Deben aclarar si podrán ingresar en la Policía Foral o si van a asignar preferentes para ocupar nuevos destinos por el perjuicio ocasionado. A día de hoy todos desconocen cuál va a ser su situación profesional».