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Génova apuesta a un empate entre Ayuso y Almeida en las primarias de Madrid

Génova apuesta a un empate entre Ayuso y Almeida en las primarias de Madrid

Jesús Hellín | Europa Press

La dirección nacional del Partido Popular está convencida de que no habría excesiva diferencia de votos en unas eventuales primarias entre Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida, según fuentes de Génova consultadas por THE OBJECTIVE. Y, sobre todo, que la distancia que pudiera obtener la presidenta regional respecto del alcalde de la capital no sería suficiente para colocarse al frente de los populares madrileños, por lo que serían los compromisarios los que tendrían la última palabra en el congreso mediante una segunda votación.

Desde 2018, el PP cuenta para los cónclaves congresuales con un sistema a doble vuelta en caso de que concurran dos o más listas. En la primera vuelta se vota en dos urnas: una para elegir al candidato favorito mediante primarias y la otra para designar a los compromisarios que participarán unas semanas más tarde en el congreso.

Si el ganador de la primera urna no supera en más de 15 puntos al segundo, se tiene que celebrar una segunda vuelta en la que únicamente participarán los compromisarios natos -en el PP de Madrid, los 300 miembros de la junta directiva regional- y los electos que hayan sido elegidos por los militantes en la primera votación. Estos últimos podrían rondar los 600 y 700 compromisarios, según las citadas fuentes, así que la elección del presidente del PP de Madrid recaería en un millar de cargos medios que, en principio, estarían más controlados por el aparato.

El equipo de Ayuso ya ha deslizado que desearía volver al sistema previo que hubo en el congreso que aupó a Cifuentes. En aquel cónclave se estableció que, en caso de una segunda vuelta, podrían volver a votar los militantes al corriente de pago junto a los compromisarios. Sin embargo, en aquella ocasión no fue necesario recurrir a ello ya que la entonces presidenta madrileña obtuvo el 86% de los votos en la primera votación.

La propia Ayuso indicó a la entrada de la última reunión de la junta directiva regional que «se dé la voz a los afiliados» y en su entrevista en El Hormiguero abundó en ello con una de sus frases más comentadas: «Las urnas me dan más libertad que los despachos». Su portavoz en el Ejecutivo madrileño, Enrique Ossorio, fue aún más claro: «Si se presentan varios candidatos, que decidan los militantes. Es algo muy sano».

En Génova se niegan en redondo a atender esta petición y subrayan que los estatutos del PP solo se pueden cambiar en un congreso nacional. Además, consideran que Ayuso «quiere cambiar las reglas de juego a mitad de partido», cuando ella misma votó el calendario y desarrollo de los diferentes congresos en una junta directiva nacional en la que no hubo ninguna disidencia.

«Muestra de debilidad» de Ayuso

El hecho de que Ayuso y sus más próximos estén reclamando que la elección del presidente del PP de Madrid recaiga únicamente en los afiliados es «una muestra de debilidad», a juicio de las citadas fuentes, ya que «está reconociendo implícitamente que no sacaría la ventaja necesaria» de los 15 puntos a Almeida en la primera vuelta y que «teme perder en el voto de los compromisarios».

Los cargos medios del partido están más controlados por la actual gestora, presidida por Pío García-Escudero desde la dimisión de Cristina Cifuentes hace tres años y medio. En los últimos meses se ha renovado un buen número de agrupaciones de la capital bajo la batuta de la secretaria general, Ana Camins, persona de la máxima confianza de Pablo Casado y del citado Almeida, quienes desearían que fuese la opción salomónica para evitar la guerra entre la presidenta y el alcalde. Pero Ayuso no quiere ni oír hablar de la llamada ‘tercera vía’.

Casado y Ayuso: un matrimonio a la italiana
Ayuso y Casado, en un acto reciente. | Foto: EP

Además, desde Génova, se hace hincapié en que los principales alcaldes de la región, en especial «los de la A-6», guardan silencio. Este último grupo lo forman los regidores del noroeste donde se concentran dos tercios de la militancia que hay fuera de la capital. Precisamente, el alcalde de Majadahonda, José Luis Álvarez, fue una de las voces críticas contra Ayuso en la última junta directiva regional, al cuestionar las prisas que esgrime la presidenta madrileña para elaborar las listas de cara a los comicios de 2023 cuando él mismo fue elegido un mes antes de las elecciones de 2019.

Las citadas fuentes también minimizan los apoyos que tuvo Ayuso en la tensa reunión del PP de Madrid. Hubo dos consejeros –Paloma Martín y Javier Fernández-Lasquetty– que salieron en defensa de la presidenta a la hora de exigir que el congreso sea «antes de marzo» y que se acabe con la «provisionalidad» de la gestora, pero Génova advierte de que «no tienen peso orgánico». Y en cuanto a Esperanza Aguirre, quien metió prisa para que la dirección nacional coloque el cónclave en enero, se subraya que la exmandataria está «de salida» y que, precisamente, en ese mes puede tener «un horizonte judicial complicado» con el fin de la investigación sobre la financiación del PP madrileño en Púnica.

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