Parálisis energética en Cataluña: solo 17 MW instalados en los últimos seis años
Un nuevo informe del think tank liberal Institut Ostrom alerta de que en la autonomía catalana se ha renunciado a la ‘independencia energética’
Cataluña ha renunciado a liderar la transformación ecológica en España. Un nuevo informe del Institut Ostrom, think tank liberal que ha colaborado junto a los verdes liberales europeos en la Cumbre de Glasgow, advierte de que la región está en la cola de Europa en los objetivos de descarbonización que exige la Unión Europea: «Cataluña está en el 16% en aportación renovable mientras que la media comunitaria es del 38%», explica Pau Vila, director de programas de la entidad a instancias de THE OBJECTIVE.
Este «ritmo nulo» de crecimiento contrasta con la comunidad vecina, Aragón, que desde el 2015 y como se observa en la gráfica que ilustra la noticia, la evolución de potencia energética instalada ha ido en aumento: en energía fotovoltaica, Aragón instaló 1.266 megavatios desde 2019, mientras que en energía eólica fueron 2.476 megavatios desde 2015.
En cambio, la autonomía catalana no supera los 17 megavatios desde 2015. «De 2009 a 2019 solo se instaló un molino de viento», remachan desde Institut Ostrom para dar fe de ese conservadurismo del poder público catalán a la hora de apostar por otro modelo energético. El informe, y la gráfica, se basa en los datos oficiales aportados por la Red Eléctrica Española.
Bloqueo del Govern
Los motivos que, según el think tank, explican esta distancia cada vez mayor con el resto de España y Europa es el «bloqueo» permanente por parte del Govern y sus socios de la CUP a todos los proyectos.
La derogación del anterior marco legal de 2009 y la entrada en vigor del nuevo decreto 16/2019 aprobado hace dos años ha ralentizado las iniciativas que estaban en marcha: los más de 400 proyectos que se habían presentado antes del cambio legislativo han tenido que volver a la casilla de salida. Es decir, se han visto con la obligación de reiniciar los trámites y demora su ejecución, al menos, hasta 2024.
«En Cataluña estamos en una fase de conservadurismo, del no a todo», critican estos liberales catalanes. Un ejemplo es el parque eólico tramuntana que debía instalarse en la Costa Brava y que corre peligro por la «oposición territorial» que hay. A su juicio, se trata de un proyecto muy razonable, con un impacto visual muy bajo, sobre el mar a 24 kilómetros de la costa y en una zona de veda de pesca.
Desde el Institut Ostrom aseguran que «su ecologismo liberal», consistente en instalar molinos de viento y placas solares, tiene el apoyo de la directora general de Greenpeace España, entre otros. Recientemente, además, rubricaron una declaración conjunta con los verdes liberales del resto del continente en el marco de la cumbre de Glasgow que abogaba por un ecologismo partidario de estas nuevas fuentes de energía sostenible.
Contra las empresas del Ibex-35
La parálisis política en este asunto preocupa también a la patronal catalana, Foment del Treball, y a la de pequeños y medianos empresarios, Pimec. Este lunes ambas entidades presentaron un manifiesto conjunto en el que piden impulsar las energías renovables y dejar de aplicar moratorias para alcanzar la soberanía energética.
Durante el acto ‘Impulsem les renovables’, celebrado en el Col·legi d’Enginyers Industrials, se conjuraron para pedir a la Generalitat que afronte los retos futuros de la transición energética.
Los partidos independentistas acordaron una moratoria para las grandes infraestructuras de energías renovables que tengan «un impacto negativo» sobre el territorio. Pese a esta particular lucha contra el lobby energético y las empresas del Ibex-35, Institut Ostrom asegura que la mayoría de proyectos proceden de pequeñas empresas, lejos de «oligopolios».
Las licencias de proyectos eólicos han sido solicitadas por parte de 446 empresas distintas –tan solo 4 empresas han solicitado 10 o más licencias, y 19 empresas han solicitado entre 3 y 10 licencias-. Así pues, no parece que exista una elevada concentración en pocos operadores.
Pujol y la Cataluña NIMBY
Sin embargo, la mayoría de ayuntamientos catalanes están incluyendo la moratoria en sus planes urbanísticos, algo que afecta a todas estas empresas que invierten en una transición hacia las renovables.
Curiosamente, Cataluña tiene una estructura de generación enormemente intensiva en energía nuclear por la presencia de tres de los siete reactores actualmente operativos en España (Ascó I, Ascó II y Vandellòs II).
Las corrientes de Junts per Catalunya procedentes de la extinta Convergència, con el consejero de Territorio y Sostenibilidad Damià Calvet a la cabeza, cuestionan este «bloqueo». Las fuentes consultadas recuerdan cómo Jordi Pujol combatió la cultura NIMBY (acrónimo de Not In My Back Yard, es decir, «no en mi patio trasero») y que se usa para describir la reacción producida entre determinados grupos de ciudadanos que se organizan para enfrentarse a la instalación de ciertas actividades.
Desde Institut Ostrom también alertan contra este fenómeno y constatan como Aragón y el resto de España, y de Europa, toman la delantera.