Junts baraja una «consulta interna» a medio plazo para votar si siguen en el Govern
Parte de los cuadros de Junts cree que se amoldan a la misma política ‘autonomista’ que critican de ERC en el Congreso, pero la dirección no ve viable dar un rumbo a corto plazo
Guerra abierta en el seno del Gobierno de la Generalitat. El pacto entre ERC y Catalunya En Comú para que apoyen los Presupuestos autonómicos ha descolocado a Junts per Catalunya, que se ve excluido de facto del acuerdo y considera que se «rompe el independentismo». Pese a ello, el Govern no caerá. «Hay 300 altos cargos en juego. Pesa mucho la gente que vive de la política», explican fuentes cercanas al Ejecutivo a THE OBJECTIVE respecto a esa división dentro de la organización entre quienes consideran que es mejor irse y los que apuestan por mantener las alianzas con ERC.
Ante este delirio del Govern, la única autocrítica que realizan algunos dirigentes de Junts es que «falta cultura de la coalición». Sin embargo, la dirección reivindica su labor al afirmar que son «las cuentas de Jaume Giró», el conseller de Economía que forma parte de la cuota de Junts en el Ejecutivo bicolor. Por lo que respecta a cómo se ha llevado la negociación presupuestaria, todo son acusaciones cruzadas. Lamentan, también, de que no se haya contado con la CUP para sacar adelante las cuentas.
Consulta interna
Las fuentes consultadas por este medio explican el doble sentir que hay en Junts. Por un lado, el hecho de ERC se haya apoyado en un partido no independentista les abre una nueva oportunidad para acusarlos de dividir, de nuevo, el independentismo, pero por el otro, su «gestualidad» sin consecuencias puede erosionarlos ante su militancia. Ya que se amoldan a esta política ‘autonomista’ que tanto critican cuando la practican los de Gabriel Rufián en el Congreso.
Esta posición de la cúpula empieza a resquebrajarse por la base. No descartan que a «medio plazo» se pueda forzar una consulta interna para decidir si siguen en el Ejecutivo. «Cada vez hay más militantes en contra de estar en el gobierno», abundan desde el partido. Aunque a corto plazo sería «ceder cuotas de poder» para que ERC acabe haciendo un tripartito.
La jefa de filas de Junts en el Ayuntamiento de Barcelona, Elsa Artadi, no dudó en calificar el acuerdo entre ERC y los Comunes como «fracaso del independentismo». La ejecutiva del partido se reunió este lunes para abordar este pacto en el que se han visto excluidos, pero pese a que consideran que los republicanos incumplen el pacto de investidura, mantendrán sus sillones en el Ejecutivo. Es decir, la legislatura, al menos en el corto y medio plazo, no está en la cuerda floja.
Para no perder terreno ante sus socios, intentan vender el acuerdo entre ERC y los Comunes como «humo». Las instrucciones son claras: afirmar que ese pacto no modifica los Presupuestos elaborados por el conseller Giró, remarcar que ERC les ha dejado fuera y que ellos no acatan el acuerdo y posicionarse como el partido que busca la unidad entre los independentistas para que «el 52% a favor de la independencia» que surgió de las urnas el pasado 14 de febrero mantenga su objetivo secesionista.
En paralelo, las suspicacias contra Pere Aragonès están muy vivas. Vuelve a resurgir el episodio en el que al presidente de la Generalitat no le tembló el pulso para excluirlos de la mesa de diálogos entre gobiernos por su insistencia en mandar a miembros que no eran del Ejecutivo en el encuentro.
Hoja de ruta de Moncloa
Asimismo, y como informa THE OBJECTIVE, hay el temor de que todo esto sea el preludio a un pacto con el PSC que les arrinconé. La intención de Salvador Illa, líder del PSC, y en perfecta coordinación con el presidente Sánchez, es la de realizar un «trabajo fino» que permita dar un golpe de timón en el ecuador de la legislatura en la Generalitat. Se trata de sellar alianzas a nivel municipal entre el PSC y ERC en el mayor número de ayuntamientos posible, para posteriormente apuntalar un pacto a nivel nacional.
El movimiento alcanzado este lunes por Pere Aragonés para aprobar sus presupuestos autonómicos no es más que «un paso más» en el camino pactado, afirman fuentes socialistas. Tampoco es causal que Ernest Maragall, el jefe de filas de ERC en el consistorio barcelonés, haya tenido que apoyar las cuentas de Ada Colau este mismo lunes después de semanas negando a hacerlo. Aunque esta vez el salvavidas que fuerza la ruptura de los bloques del Govern no sea directamente el PSC sino su socio morado en Cataluña, la hoja de ruta trazada por Moncloa no se ve mermada.