Guiño de Marlaska a los policías: ordena distribuir las nuevas porras de acero tras la macroprotesta del sábado

La Dirección General de la Policía, dependiente del Ministerio del Interior, ha ordenado la distribución de los nuevos «bastones policiales extensibles» con los que se dotará principalmente a los agentes destinados en Seguridad Ciudadana y las Unidades de Intervención Policial (UIP), más conocidos como antidisturbios. Fuentes de la Dirección General, consultadas por THE OBJECTIVE, explican que estas nuevas defensas, «cuya estructura está fabricada en acero aleado de máxima calidad», complementarán a las clásicas porras semirrígidas que hasta ahora emplean los policías.

Esta instrucción se produce poco después de que decenas de miles de policías protestaran en las calles de Madrid contra la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida como ley mordaza. El sábado pasado, 150.000 agentes, según él calculo de los sindicatos, pidieron frenar parte de 51 enmiendas que PSOE y Unidas Podemos pretenden materializar en la nueva norma, que se debatirá en la comisión de interior del Congreso de los Diputados el próximo 14 de diciembre. La nueva redacción, denuncian los agentes, les prohibirá utilizar material antidisturbios como las pelotas de goma. Deberán usar siempre el menos lesivo, lo que para ellos supone, entre otros cambios, «una perdida de autoridad y seguridad frente a los delincuentes».

En una resolución, fechada en noviembre de 2020, la Dirección General de la Policía ya anunció la incorporación del bastón policial extensible «autoblobante» dentro del armamento de uso policial y trasladó a los agentes todas las instrucciones sobre su utilización. Sin embargo, no ha sido hasta ahora, un año después, cuando se han comenzado a enviar a las comisarías. Distintas fuentes policiales confirman que algunas unidades ya las han recibido. Otras, en cambio, señalan que no las tendrán hasta al menos «10 o 15 días», según les han informado.

La Policía Nacional ha destinado dos millones de euros en la compra de 25.539 porras de acero, a través de dos concursos licitados por el Ministerio del Interior, según ha adelantado El País. Fuentes del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska aseguran a THE OBJECTIVE que solo se trata de una primera adquisición y que, a corto plazo, está previsto dotar de más defensas de este tipo a los policías.

Formación y uso

Este nuevo bastón extensible, según el documento sobre su uso al que ha tenido acceso este periódico, presenta «ciertas ventajas frente a la defensa semirrígida tradicional». Es más pequeña, más versátil y tiene «mayor eficacia en cuanto a técnicas de reducción, control, inmovilización y conducción» debido a que tiene menor diámetro y mayor rigidez.

La estructura principal de este método de defensa «se compone de tres tramos, todos ellos fabricados en en acero aleado de máxima calidad». No obstante, no todos los policías podrán usarlos. La asignación se realizará «de forma individual restringida y temporal» a personal de unidades autorizadas y siempre que haya superado «la formación teórico-práctica necesaria para su tendencia, uso y manejo».

En cuanto a su uso, indica la Dirección General, solo está reservado para aquellas situaciones que pongan en riesgo «la vida o integridad física del agente» y siempre «evitando golpear en zonas vitales: cabeza, cuello, genitales y piernas». Los agentes deben ajustarse a los principios de «congruencia, oportunidad y proporcionalidad» en el uso de estos medios, y antes de hacerlo, deberán haber agotado «todas las vías de diálogo».

Desde los sindicatos policiales, que siempre han reclamado este tipo de bastones de defensa, insisten en que «será un complemento para determinadas unidades» y que, en ningún caso, «tendrá carácter intimidatorio». «No se utilizará para golpear, sino para ayudar a inmovilizar a una persona cuando se la detiene».