Ernest Maragall cae en desgracia tras el pacto de ERC con los comunes

Ernest Maragall, líder de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, ha visto perder su ascendencia sobre el grupo municipal de los republicanos en el consistorio. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, le dio la puntilla al enmendar su posición contraria a apoyar los presupuestos de Ada Colau, pero su declive político hace tiempo que inició. «Desde que Manuel Valls frenó su investidura», explican las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE. 

Maragall, hermano del exalcalde de Barcelona Pasqual Maragall, abrazó el independentismo después de una vida encadenando cargos en el PSC. Su pedigrí familiar, así como el objetivo de ERC de ir reemplazando al PSC como fuerza de izquierdas en los núcleos urbanos de Cataluña, hizo que fuera la apuesta de Oriol Junqueras en la Ciudad Condal. Su victoria en las elecciones municipales de 2019, sin embargo, no fue suficiente para obtener la alcaldía y pasó a la oposición. 

A partir de este momento, Jordi Coronas se ha convertido en el líder en la sombra. El concejal es «quien trabaja duro» en el consistorio, añade otra fuente. Además, es un hombre de partido, y no duda en alinearse con la sede central de ERC tal y como se ha visto con el asunto de las cuentas públicas. Quien también ha visto su papel desdibujado es la número dos de Maragall en 2019, Elisenda Alamany, y que ERC fichó procedente de Catalunya En Comú. Alamany se ha convertido en algo así como una outsider: «Si Maragall está desaparecido, ella todavía más», abundan fuentes consistoriales.  

Con estos nuevos equilibrios parece poco probable que Maragall sea el candidato republicano a la alcaldía. A pesar de que se postuló para repetir en 2023, año de los comicios municipales, se va asentando la idea de apostar por otro tipo de perfil. 

¿Sin Maragall y sin Colau?

A lo largo de estos dos años de legislatura, ERC ha sido el socio preferente del gobierno entre Barcelona en Comú y el PSC, pero Maragall «entró en modo campaña demasiado pronto», explican las fuentes consultadas respecto a su decisión de oponerse a los presupuestos de Ada Colau. 

Después de que los comunes ganaran peso en las negociaciones en el Parlament y lograran cerrar un acuerdo presupuestario, Aragonès tuvo que responder en consecuencia en el ayuntamiento con el apoyo de ERC a las cuentas municipales. Fue una desautorización en plena regla a Maragall, que tan solo unos días antes había dicho por activa y por pasiva que no apoyaría el presupuesto. «Ahora Maragall está desaparecido en combate», ilustran desde el propio consistorio.   

ERC vs. PSC

El todavía líder de ERC en Barcelona contribuyó a establecer el marco de debate de que los próximos comicios municipales irían de «PSC o ERC», excluyendo al partido de la alcaldesa y para ahondar en una coyuntura en la que cada vez son más fuertes los rumores de un cambio de aires de Colau, ya sea a nivel nacional o en algún otro tipo de responsabilidades supramunicipales o incluso comunitarias. 

Aunque esta hoja de ruta de Maragall sigue siendo vigente, parece poco probable que la encabece. En el PSC hace días que circula una encuesta, publicada a mediados de noviembre, de Electomanía, que muestra «un sorpasso del PSC a Colau» y la consolidación de ERC como fuerza más votada. Con todo, la aprobación de los presupuestos de 2022 pueden ser los últimos, y los tres partidos -ERC, PSC y Comuns- empezarán a jugar sus cartas de cara a una nueva votación. En esta pugna a tres, los de Pere Aragonès impondrán su línea y habrá que ver qué papel le espera a un cada vez más relegado Ernest Maragall.