El ministro Garzón gastó 20.000 euros en elaborar su libro de recetas saludables

La tasa de obesidad se ha triplicado desde 1975. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta del aumento de enfermedades cardiovasculares, diabetes e incluso algunos tipos de cáncer. Para contrarrestarlo, el Ministerio de Consumo presentó en noviembre un recetario que intenta demostrar que una comida rápida y barata no tiene por qué ser insana. El libro consta de 40 recetas y está firmado por la nutricionista Marián García, popularmente conocida como Boticaria García. El departamento que dirige Alberto Garzón pagó 18.029 euros por sus servicios de asesoría y consultoría y dedicó otros 2.033 euros a la elaboración de mil ejemplares físicos. 

«Según los datos del estudio Aladino 2019, el 40,6% de los niños entre 6 y 9 años tiene exceso de peso, siendo el colectivo más vulnerable las familias con rentas bajas donde el porcentaje de obesidad se duplica», advierte la guía. En ella se afirma que estos niños son los que tienen peores hábitos alimentarios: acuden más a establecimientos de comida rápida, consumen golosinas con mayor frecuencia y toman menos fruta. «La buena noticia es que el sobrepeso y la obesidad pueden prevenirse», insiste el documento, que plantea recetas sencillas y saludables. Todas se preparan en menos de 10 minutos y el coste por ración no supera los dos euros.

Polémica en redes sociales

Para la elaboración del recetario se han seguido las pautas una de las guías nutricionales más exitosa, Plato de Harvard, que defiende que el aporte principal del día debe proceder de frutas, vegetales y hortalizas. No obstante, el documento indica que se ha hecho especial hincapié en el diseño de los platos con el objetivo de que resulten atractivos. Cada receta explica de forma detallada el coste, los ingredientes, la elaboración y su aporte nutricional. Además, están divididas por secciones: entrantes, platos completos y postres. Entre los platos encontramos chips de kale, falso sushi, lentejas con arroz o un helado casero de yogur, chocolate y plátano.

A pesar de sus buenas intenciones, el recetario desató cierta polémica en las redes sociales. Los internautas han criticado que no incluya carne roja ni suficientes elaboraciones del recetario típico español. Se potencian alimentos como el kale o la chía, que no son fáciles de conseguir en los supermercados, como asegura el documento. Otro motivo de discordia ha sido el precio de las propuestas, ya que productos como el aguacate, el mango o el arroz superan el coste indicado. 

Tampoco ha gustado las técnicas de cocción, entre las que se encuentra incluso el uso del microondas, ni que algunas recetas vayan insertadas en vasitos de plástico. Sus detractores alegan que no es respetuoso con el medio ambiente. Incluso hay quien afea a Garzón que les diga qué alimentos deben ingerir. «No decimos a la gente lo que tiene que comer. Son decisiones individuales. Lo que queremos es dar toda la información proporcionada por los divulgadores para explicar cuáles son los hábitos saludables», aseguró el ministro en noviembre.

Hasta ahora lo que no había trascendido es el montante que Consumo ha pagado por la publicación. Dese el ministerio nunca han respondido a las solicitudes de información realizadas por THE OBJECTIVE. Según el Portal de Transparencia, el departamento de Garzón pagó más de 20.000 euros por el recetario, de cuya implantación dudan los expertos consultados. El contrato menor de servicios de asesoría y consultoría para la elaboración del recetario fue de 18.029 euros, IVA incluido, y fue adjudicado en su totalidad a Boticaria García, con la que colaboraron la chef María José San Román, galardonada con una estrella Michelín, y la periodista Arantxa Castaño. 

Sin tutela de un endocrino

Los criterios seguidos para la adjudicación del contrato, según el portal, fueron los que constan en los pliegos del contrato, recogidos en el apartado 6 de la memoria justificativa, donde se especificaba que la empresa adjudicataria debía desarrollar al menos 40 recetas saludables con un coste aproximado de un euro e ir acompañadas de una tabla de alértenos, otra nutricional, consejos de elaboración y posibles alimentos alternativos. Además, se indicaba que el recetario debía dividirse en cuatro bloques para adaptar los productos a la estacionalidad. Otros requisitos eran la inclusión de platos vegetarianos y veganos, entrantes, platos principales y postres.

La publicación no ha contado con la tutela de un médico endocrino, una cuestión que también ha suscitado algunas críticas. La respuesta de Consumo es que su participación no era necesaria ya que la adjudicataria cumplía «con todos los requisitos establecidos en la memoria justificativa, destacando además que es doctora en Farmacia y graduada en Nutrición Humana y Dietética». El ministerio también destaca que se han editado 1.025 ejemplares físicos del recetario, por los que se han pagado 2.033 euros, IVA incluido, y que la maquetación y el diseño han sido realizados por empleados del gabinete. Además, indica que la publicidad se ha llevado a cabo con medios propios del departamento que dirige Garzón «sin suponer un coste adicional».

El recetario no es el único asunto que ha supuesto un dolor de cabeza para Garzón. A finales de octubre, unas semanas antes de presentar la guía, el ministro anunció la prohibición de la publicidad de dulces y bollería industrial destinada a menores de 16 años. Antes, en verano, levantó las iras de la industria cárnica al recomendar la reducción del consumo de carne por razones de salud y medioambientales. Una tesis en la que insistió el pasado fin de semana, durante una entrevista en el diario británico The Guardian.