El consejo que Ayuso dio a Mañueco para anunciar el adelanto electoral con un tuit
El presidente de Castilla y León anunció en las redes la disolución de las Cortes tal y como le recomendaron desde Madrid para evitar una moción de la oposición
La convocatoria de elecciones anticipadas en Castilla y León por parte de Alfonso Fernández Mañueco tuvo la ayuda indirecta de Isabel Díaz Ayuso, quien hace unas semanas le aconsejó que utilizara la herramienta de Twitter para, llegado el caso, comunicar urbi et orbi que había disuelto las Cortes de su comunidad autónoma.
Mañueco se levantó el lunes 20 de diciembre con un plan milimetrado en la cabeza. Fue poco elegante en las formas ya que el mandatario del PP firmó primero los ceses de los consejeros de Ciudadanos, luego reunió a sus consejeros en un Consejo de Gobierno extraordinario para deliberar el adelanto electoral y, a continuación, rubricó a las 09:00 horas la convocatoria de comicios. A esa misma hora había un funcionario en la puerta del registro de las Cortes castellano-leonesas para entregar el escrito de disolución.
A las 09:01 horas, Mañueco lanzó su tuit en el que dio a conocer la decisión que había tomado y fue entonces cuando empezó a llamar, uno a uno, a los cuatro consejeros naranjas defenestrados. Su hasta entonces vicepresidente, Francisco Igea, tuvo que interrumpir una entrevista en directo en Onda Cero para recibir por boca del mandatario popular la noticia de su fulminante destitución.
Mañueco conocía de primera mano el precedente del adelanto electoral en la Comunidad de Madrid el 10 de marzo, el mismo día de la presentación de una moción de censura en Murcia. Fue una decisión por parte de Ayuso que acabó judicializándose ya que la oposición intentó que primase la presentación de sus propias mociones de censuras contra ella sobre la publicación en el BOE madrileño de la convocatoria de comicios.
Aquel embrollo jurídico se debió a que, en un principio, no estuvo claro cuándo se había firmado el decreto de disolución de la Asamblea regional. El Gobierno madrileño empezó su cita semanal de aquel miércoles en estado de shock por el movimiento de PSOE y Ciudadanos en Murcia. A la entrada de la sala de reuniones, el entonces vicepresidente Ignacio Aguado hizo un aparte con Ayuso y le dijo que no se preocupase porque la formación naranja no iba a romper el pacto con el PP en la Comunidad de Madrid.
Ayuso asintió con la cabeza, pero una vez sentados, dio inicio a la deliberación previa a la convocatoria de elecciones soltando a bocajarro que los madrileños irían a las urnas el 4 de mayo. Delante de Aguado y los consejeros naranjas firmó el decreto al mediodía de aquel 10 de marzo. A las 12:15 horas, el departamento de prensa del Ejecutivo madrileño comunicó que el portavoz, el citado Aguado, no saldría en rueda de prensa. Media hora más tarde, Libertad Digital adelantó que Ayuso había convocado elecciones anticipadas, información que a las 12:55 horas fue confirmada por un portavoz de la presidenta madrileña.
El Gobierno regional comunicó formalmente, a través de una carta, al entonces presidente de la Asamblea de Madrid, Juan Trinidad, que se había firmado el decreto para la disolución de la Cámara autonómica y la convocatoria de elecciones. Sin embargo, sobre las 13,10 horas Más Madrid y PSOE presentaron cada uno una moción de censura contra el Ejecutivo de Ayuso y tendieron la mano a Cs para que les apoyara. Incluso, Aguado y los suyos recolectaron firmas en una reunión apresurada en la Asamblea con la intención de registrar también una tercera moción, pero finalmente desistieron de ello.
La conclusión de los servicios jurídicos
Ante ese galimatías, la Mesa presentó un recurso en los tribunales con la única oposición del PP. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) lo desestimó a los cuatro días al dejar claro que la disolución era firme al fijar en la firma del decreto -y no en su publicación en el boletín oficial, un día después- la validez de la convocatoria electoral.
Los servicios jurídicos de la Presidencia madrileña llegaron a la conclusión -en los días posteriores al 10 de marzo- de que si Ayuso hubiese anunciado en las redes la disolución de la Asamblea en el mismo momento de firmar el decreto, entonces no hubiera quedado atisbo de duda de cuándo se había dado el paso. Esa enseñanza fue la que el equipo de la presidenta madrileña transmitió a Mañueco en las semanas previas del adelanto electoral, cuando en Génova era un secreto a voces que la convocatoria de comicios era inminente, tal y como adelantó el 6 de diciembre este periódico.