Sánchez llega tarde a la compra del primer medicamento contra el coronavirus
El Gobierno ha anunciado que comprará 344.000 dosis del antiviral Paxlovid en enero, pero solo una compra centralizada desde Europa, como ocurrió con las vacunas, permitirá una mayor capacidad de negociación
El pasado lunes diez de enero, Pedro Sánchez anunciaba a bombo y platillo la compra de 344.000 dosis de Paxlovid, el nuevo antiviral de Pfizer contra la covid. Sin embargo, lo que no dijo fue que la incipiente producción de Pfizer escasea y que ya hay un centenar de países negociando con la compañía farmacéutica.
España llega tarde. Y solo una compra centralizada desde Europa, como ocurrió con las vacunas, permitirá una mayor capacidad de negociación. Sin embargo, se necesitan, al menos, tres países interesados para que la Comisión Europea ponga en marcha el proceso que es confidencial hasta que se materialice.
Anuncio sin concreción
Este medicamento contra el coronavirus de Pfizer parece una herramienta prometedora en la lucha contra la covid en general y los casos de ómicron, en particular. Basado en la combinación de dos antivirales, el nirmatrelvir y el ritonavir –este último usado como tratamiento contra el VIH–, evita el 89% de los ingresos y los fallecimientos.
Sin embargo, aunque Sánchez dejó claro que la compra se realizará este mes de enero, no se sabe cuándo, ni el precio que pagará el Ministerio de Sanidad por el medicamento, ni si llegarán las 344.000 prometidas.
Los expertos consultados por este periódico aseguran que esto último dependerá de la producción de Pfizer; además, aclaran que aunque Paxlovid aún no tiene la luz verde para su comercialización –en diciembre obtuvo la aprobación de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) para tratar adultos con covid-19 en situaciones de emergencia–, sí que puede ser administradaa a los países que la soliciten antes del visto bueno oficial.
Sin embargo, España no había movido ficha hasta el anuncio del pasado lunes del presidente del Gobierno situándose, una vez más en esta pandemia, a la cola de nuestros socios europeos.
Un bien escaso
Aunque las vacunas han demostrado ser la mejor forma de protegerse frente a la covid, la llegada de ómicron y su cambio de paradigma, con sistemas sanitarios sometidos a una peligrosa presión asistencial, medicamentos antivirales como Paxlovid podrían ser el último recurso cuando todo falla.
Esto ha hecho que las pastillas de Pfizer se conviertan en el último objeto de deseo, convirtiéndose en un bien escaso.
Reino Unido fue el primero en aprobar, a principios de noviembre, Molnupiravir, el medicamento de Merck-MSD y Ridgeback Biotherapeutics. El 31 de diciembre daba también luz verde al de Pfizer, con una compra inicial de 2,75 millones a entregar este año.
Estados Unidos es el país que más dosis se ha asegurado de estas píldoras, que ya han sido aprobadas de emergencia por su regulador, la FDA. El Gobierno de Biden acaba de comprar 10 millones de ciclos adicionales de Paxlovid, de las que ya había adquirido otros 10 millones. Sin embargo, informa The New York Times, los suministros son extremadamente limitados, lo que ha obligado a los médicos de todo el país a la difícil posición de decidir qué pacientes reciben este tratamiento.
Además de Estados Unidos y Reino Unido, Tailandia (2,75 millones), Canadá (un millón), Australia (500.000 tratamientos), Israel (100.000), Corea del Sur (70.000) ya han realizado pedidos del antiviral de Pfizer, según informan los servicios públicos de cada país.
La firma británica Airfinity apunta que las píldoras podrían generar este año unos ingresos de 17.000 millones de dólares (15.036 millones de euros) a Pfizer, y 2.500 millones de dólares a Merck-MSD.
Una pastilla para tomar en casa
Paxlovid llega para llenar un espacio que hasta ahora no se había sido cubierto. De esta forma, una de sus principales novedades es que se administra por vía oral. El paciente debe comenzar el tratamiento «tan pronto como sea posible», cuenta a THE OBJECTIVE Carlos Fernández Moriano, farmacéutico de los servicios técnicos del Consejo General de Colegios Farmacéuticos.
En cuanto a la pauta, se administra en forma de tres pastillas por toma (dos de nirmatrelvir y uno de ritonavir) ingeridas conjuntamente cada 12 horas durante cinco días. El tratamiento no puede exceder esta duración, debe ser prescrito por una persona autorizada y no ha de emplearse de manera profiláctica, esto es, para prevenir la enfermedad.
Además, el fármaco puede recetarse a adultos y niños mayores de 18 años no hospitalizados «que presenten un alto riesgo de progresión a covid-19 grave», siendo más eficaz si se administra más precozmente, es decir, «en los primeros síntomas».
«El impacto que puede tener en los próximos meses es bastante positivo», valora Fernández Moriano, que recalca que este antiviral «no viene a competir con las vacunas». «Estas son herramientas preventivas y los antivirales, complementarias», agrega, y concluye: «Sin duda es previsible que contribuya a reducir las hospitalizaciones y la sobrecarga del sistema sanitario».