Yolanda Díaz encuentra problemas para fichar cargos intermedios y ralentiza su proyecto
La ministra de Trabajo intenta fichar a cuadros de IU y Podemos pero recibe más respuestas negativas de lo esperado. Los adelantos electorales frenan su gira
La plataforma de Yolanda Díaz tarda en despegar. La ministra de Trabajo y sus afines están tomando contacto con cuadros tanto de Unidas Podemos como de Izquierda Unida en varios territorios. THE OBJECTIVE pudo ponerse en contacto con algunos de ellos, y la tónica general es que, más allá de Cataluña y Madrid, la dirigente está recibiendo de momento más rechazos que respuestas afirmativas. En Podemos algunos hablan de «pinchazo» y fuentes de Izquierda Unida conocedoras de la campaña de la ministra afirman: «Yolanda necesitaría como hizo Sánchez un coche, dinero y cuadros, que en su día fueron Ábalos y Lastra. Ella tiene coche y dinero, pero no tiene cuadros».
«No está cuajando». Así resumen fuentes consultadas por este diario cómo avanza la campaña de fichajes que ha lanzado la ministra. Díaz sigue convencida de que hace falta afianzar un proyecto que supere a Unidas Podemos. Cuenta con el respaldo activo de Comisiones Obreras y, concretamente, del equipo de su principal dirigente, Unai Sordo. Los afines a Sordo habrían ofrecido su disponibilidad a ayudar, pero sin renunciar a su cargo por ello.
Además del sindicato, Díaz puede contar con las fuerzas catalanas lideradas por Ada Colau. Se trata de una formación, los comunes, con peso territorial y presencia en el Gobierno. Pero más allá de los catalanes, la ministra todavía no logra despertar el entusiasmo esperado en otros territorios.
Cargos que muevan votos
El problema central atañe a los que a nivel político se consideran «cuadros». Se trata de figuras políticas de referencia, capaces de mover votos, aportar conocimiento y, sobre todo, ayudar en la construcción de una opción política de éxito. Pero, según ha podido saber este diario, muchos de los encuestados no quieren de momento lanzarse a una aventura política. Entre los tanteados se encuentran dirigentes de Unidas Podemos y también de IU, que están rechazando la oferta de la gallega.
«Cuanto más tiempo pasa, más se ve que lo de Yolanda no tiene cuerpo». Así se explican los observadores más críticos del espacio de Unidas Podemos para describir la dificultad que la ministra y los suyos experimentan a la hora de construir equipos. Yolanda está centrada, más allá de la reforma laboral y de las polémicas de Podemos, en la definición de algo parecido a una «avanzadilla». Es decir, a un grupo de afines que se encargue de realizar las llamadas oportunas para elegir a sus tropas.
Sin embargo, este grupo está encontrando más dificultades de lo esperado. «La cuestión no es tanto de que sean personas con peso orgánico, sino que tengan credibilidad, sepan negociar y tengan experiencia para crear comités y asambleas. Y todos los que hasta ahora se han apuntado a lo de Yolanda son muy deficitarios en esto», zanja una fuente conocedora de las negociaciones que se están celebrando entre bambalinas.
En Podemos detectan debilidad
También fuentes de Podemos admiten las dificultades de la ministra. «Está pinchando, no tiene a nadie», sostienen, y añaden que el problema de Díaz y de sus sherpas es que «no conocen bien el terreno» y tampoco se han interesado demasiado por los que dejaron el partido morado y que podrían servir para construir colectivos de apoyo a la vicepresidenta segunda.
En Madrid la ministra de Trabajo ha logrado convencer a algunos dirigentes antes en IU y después cercanos a Más Madrid. Pero se trata de figuras políticas con historiales todavía débiles como para construir una alternativa real a Podemos y el PSOE. Las fuentes consultadas recuerdan, por ejemplo, que cuando se rompió el PCE los cuadros que crearon sus alternativas tenían capacidad de liderazgo: «Era gente con cara y ojos que sabía emocionar y removerte el estómago y de esto Yolanda no tiene a nadie».
La ministra de Trabajo quiere construir un alternativa de nuevo laborismo que se inspire en la sociedad civil y la transversalidad. Quiso en un primer momento ganar tiempo, pero el adelanto electoral en Castilla y León y el probable de Andalucía amenaza con trastocar su hoja de ruta. Entre sus planes estaba, por ejemplo, arrancar en enero una gira en solitario por varios territorios para hablar directamente con los que pudieran estar interesados en sumarse a su plataforma. Este viaje ha tenido que aplazarse por las elecciones autonómicas donde, por cierto, Díaz ha preferido alejarse de Podemos y no involucrarse en la campaña.
«Es la reforma de Yolanda»
El adelanto en Castilla y León obliga a Díaz a enfriar las expectativas sobre su primer movimiento oficial, después del acto de Valencia con Mónica Oltra y Colau y el encuentro con los comunes. La política gallega sabe que, antes de todo, hace falta convalidar la reforma laboral. Y sobre ella, a pesar de las declaraciones públicas, está dispuesta a aceptar la abstención o rechazo de ERC y el ‘sí’ de Ciudadanos con tal de que se ratifique. «En Podemos dicen que es la reforma de Sánchez, pero esto no es cierto. Es la reforma de Yolanda«, aseguran sus afines.
El siguiente paso será esperar que se cierren las urnas en Castilla y León el próximo 13 de febrero. Y después ver qué pasa en Andalucía. Díaz ya frenó la oferta de los morados para que estrenara el nuevo Frente Amplio (nombre rechazado por los afines a la ministra e impulsado por Podemos) en Castilla y León. Quedará ahora por ver cuál será su decisión en Andalucía. Aunque todo apunta a que también en esa comunidad autónoma la ministra intentará evitar «quemarse». La ministra reivindica su autonomía y controlar al milímetro los tiempos, pero algunas fuentes advierten: «Su único discurso será recoger lo que queda de Unidas Podemos si las elecciones van mal, pero si no resuelve el problema de los cuadros, se quedará en nada».