Las horas más bajas de Òmnium: espantada de Cuixart y varapalo del Tribunal Constitucional
La entidad teme que el alto tribunal confirme la multa de 200.000 euros por recabar datos personales en las ‘Gigaencuesta’ celebrada en 2015
Nueva cúpula de Òmnium Cultural | Òmnium Cultural
Òmnium Cultural no atraviesa su mejor momento. Después de los años álgidos del procés, y debido al cansancio que acusa el movimiento independentista, se ha estancado su crecimiento en el número de afiliados (la barrera de los 200.000 socios se le resiste desde hace meses) y la marcha de Jordi Cuixart ha sido un duro golpe ya que se trata de su líder más carismático.
Ahora, y según ha podido saber THE OBJECTIVE, están a la espera de que el Tribunal Constitucional ratifique la multa de 200.000 euros exigida por la Agencia Española de Protección de Datos por haber sustraído datos personales con fines ideológicos en su iniciativa de macroencuesta que realizaron a 1,2 millones de personas.
Los hechos se remontan a la Diada de 2015, cuando la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural lanzaron en la recta final hacia las elecciones del 27S, una macroencuesta a 1,2 millones de personas y diez movilizaciones temáticas en toda Cataluña, como actos de precampaña antes de la manifestación en la avenida Meridiana de Barcelona y antes de los comicios.
A raíz de las denuncias presentadas por Ciudadanos y Vox, así como por parte de ciudadanos anónimos que consideraron que se habían vulnerado sus derechos, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) impuso la sanción de 200.000 euros a la entidad soberanista. Y desde este lunes el estudio de la multa está en la mesa del Tribunal Constitucional.
Òmnium decidió pedir amparo al Constitucional después de que la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo tumbaran sus recursos. La entidad secesionista consideró que la sanción era «desproporcionada, política y sin precedentes» y que vulnera «el derecho fundamental de asociación con el objetivo de silenciar la voz de la sociedad civil». A su juicio, la «Gigaencuesta» se llevó a cabo para conocer la «opinión de miles de ciudadanos sobre la construcción de un nuevo país».
La Audiencia Nacional, en su día, consideró probado que se llevó a cabo un tratamiento de datos personales de ideología sin adoptar las garantías necesarias. En concreto, la Sala de lo Contencioso-administrativo de la Audiencia Nacional entendió que el tratamiento de esos datos requería un reforzamiento de la prestación del consentimiento de su titular, como argumentó previamente la AEPD. Y el Tribunal Supremo también ratificó la sanción del ente público.
«Erosión económica»
En el recurso de Òmnium consideran que la multa responde a la «intención de provocar una erosión económica en la legítima actividad que desarrolla la entidad». Esta eventual sanción, además, llegará con la nueva cúpula de Òmnium y en una situación económica que no es la más alentadora.
Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE no creen que el Constitucional adopte una vía distinta a la del resto de tribunales. Intentarán aprovechar la posible condena como «revulsivo» para movilizar a los independentistas. El hecho de que el magistrado Antonio Narváez sea el ponente encargado de deliberar sobre el asunto será un factor para alimentar el victimismo. Narváez se apartó de los recursos de los líderes del procés al ser recusado por los ‘popes’ independentistas. Y ahora es el encargado de estudiar este recurso de Òmnium Cultural.
Aunque las fuentes consultadas del Tribunal Constitucional quitan hierro al asunto y afirman que no formar parte de la misma pieza que la causa del procés en el Tribunal Supremo. No obstante, esto no impide que Òmnium intente usarlo en beneficio propio.
División con la ANC
El fracaso del plan rupturista y las distintas estrategias de ERC y Junts en la etapa post-procés tuvo incidencia en la ANC y Òmnium. La entidad presidida por Elisena Paluzie se ha mantenido en las posiciones más maximalistas y no ha dudado en suspender el Govern por no avanzar hacia la independencia. Òmnium, en cambio, ha exhibido una posición más abierta al diálogo con el Estado y ha congeniado con ERC.
El divorcio entre las dos entidades de referencia del nacionalismo se ha observado en un asunto tan sensible como la movilización en las calles. Òmnium no ha secundado todas iniciativas de la ANC, en especial las que se dirigían a excluir a Catalunya En Comú de cualquier entente «de país».
Jordi Cuixart anunció su paso al lado en una entrevista en Rac1 en la que no dudó en hablar de la «incapacidad» del independentismo de trazar una «estrategia conjunta». La nueva cúpula, presidida por Xavier Antich, no parece que genere muchos entusiasmos. Ha sido la única candidatura que se ha presentado y deberá afrontar una situación complicada: tras la marcha de Cuixart, el eventual varapalo del Constitucional.
