El PP no se fía de la oferta del PSOE para facilitar una gobernabilidad en Castilla y León que tardará en concretarse
El dilema clave es gobernar o no con Vox, una coalición a la que los populares se cierran de momento y que en el PSOE creen que acabará dándose
El dilema clave es gobernar o no con Vox, una coalición a la que los populares se cierran de momento y que en el PSOE creen que acabará dándose
A falta de negociaciones formales, el futuro pacto de investidura en Castilla y León sigue en punto muerto después de que el PP vea poco creíble la oferta de Pedro Sánchez de abstenerse a cambio de que rompa con Vox y de que los ‘populares’ tampoco acepten la entrada obligada de los de Santiago Abascal en el gobierno de la región.
El eco de las elecciones de Castilla y León ha llegado este miércoles a la sesión de control del Congreso, donde el presidente del Gobierno le ha dicho a Casado que ha llegado «la hora de la verdad», en la que el PP debe decidir si excluye o no a Vox «para siempre» y en «todos los territorios».
Sánchez y el PSOE han azuzado a Casado ante un dilema clave en el PP: gobernar o no con Vox, al que el PP ha mantenido hasta ahora como socio externo. Por ahora, el PP se cierra a esa coalición de Gobierno, aunque en el PSOE creen que finalmente llegarán a un acuerdo.
El líder de Vox, Santiago Abascal, ha recalcado desde Murcia que su partido tampoco se mueve. No van a «regalar» sus votos y quieren un cambio de rumbo. «Vox tiene derecho y deber de formar pare del Gobierno y si ese derecho no se respeta pues Vox votará en contra de cualquier investidura», ha afirmado.
Pese a la sombra de una repetición electoral, el PP mantiene que sus principios, reflejados en su programa electoral, son sus condiciones. No negociarán las leyes de violencia de género, ni el estado autonómico ni la pertenencia a la UE. Pero tampoco van a pactar con «terroristas e independentistas».
Fuentes del PP aluden a los socios de Sánchez para negar su credibilidad y creen que el presidente del Gobierno busca ponerse la «careta de moderado» porque no deja de perder de elecciones.
El portavoz nacional del PP y alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, se ha preguntado cómo Sánchez puede tener el «desparpajo» de decir al resto con quién pactar.
«Confío en Alfonso Fernández Mañueco, estoy seguro de que va a hacer lo mejor para Castilla y León, pero insisto, el problema no es que Vox entre o no en un Gobierno, el problema de España es el Gobierno de Pedro Sánchez y sus pactos«, ha subrayado.
Pese a sostenerla en público, los socialistas también dudan de que prospere su propia oferta. Fuentes del PSOE dan por hecho que el PP ha cerrado la entrada de Vox en el Gobierno y que están ya en el reparto de cargos, sin acuerdo sobre la vicepresidencia. En ese escenario no darán una abstención «gratis» ni actuarán, dicen, como «pagafantas».
Voces como la de Gabriel Rufián, de ERC, consideran la vía de la abstención socialista como «un recurso político argumentativo del presidente Sánchez», mientras que en Unidas Podemos apoyan un cordón «democrático», pero la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha apuntado que no les toca a ellos abstenerse.
Además, el Congreso se ha convertido también en un espacio de diagnóstico de lo sucedido el domingo.
Casado le ha recordado a Sánchez que estas son las cuartas elecciones que pierde desde que es presidente, y el número dos del PP, Teodoro García Egea, le ha dado a Yolanda Díaz un «dato»: «El domingo los ciudadanos de Castilla y León castigaron su gestión y le dejaron de 2 a 1 escaños. Este es el efecto Yolanda Díaz».
Por contra, a juicio de Sánchez, Casado ha creado una trampa y ahora está «entrampado». Desde el PSOE argumentan que Casado no tiene «fuerza interna» en su partido ni «legitimidad» después de haber «embarcado» a Mañueco en el adelanto electoral. Y sostienen que ante su fortaleza Vox no se conformará con un apoyo externo.
En Unidas Podemos, Yolanda Díaz ha pedido reflexión ante los «malos» resultados y frente a una desmovilización que se extiende a toda la izquierda. En el entorno de Díaz se recuerda que la ministra no intervino muy activamente en la campaña ni en la organización de estos comicios.
En todo caso, en la lectura que coinciden unos y otros es que la negociación en Castilla y León va a alargarse. Aunque las primeras pistas se conocerán en menos de un mes, ya que el 10 de marzo se constituyen las Cortes de Castilla y León y se eligen los miembros de la Mesa de la Cámara, las negociaciones, que lidera Alfonso Fernández Mañueco, todavía no han comenzado.
Fuente: EFE