La peor sequía en décadas provoca restricciones de agua en España
Aunque el consumo humano está garantizado para los próximos años, la falta de lluvias y las malas previsiones de la Aemet auguran limitaciones en el uso del agua
La sequía que se extiende por toda España es la peor de las últimas décadas y amenaza con convertirse en la más grave de la historia, particularmente en Andalucía. Con casi la mitad de precipitaciones menos de lo habitual desde que comenzó la temporada -1 de octubre- y cerca del 50% menos de agua en los embalses, las restricciones del uso de agua comienzan a ser ya una realidad en diversos puntos de la península.
En territorios como el gaditano Campo de Gibraltar las restricciones son un hecho desde el pasado 15 de octubre, cuando se prohibió el baldeo, llenar piscinas o regar jardines. La situación podría agravarse en los próximos meses y, llegado el caso, la limitación del consumo humano del agua se producirá el 18 de abril.
La situación se repite de sur a norte. También en municipios como Campelles, en Girona, que hace unos días se convirtió en la primera localidad catalana que aplica este tipo de restricciones al limitar tanto de día como de noche el consumo de agua por la sequía. No es el único que se encuentra en una situación parecida: un total de 22 municipios del Alto Empordà sufren también algún tipo de restricción desde finales de octubre.
El impacto de la sequía sobre gran parte de la península Ibérica se está dejando notar con especial intensidad también en la cuenca del río Guadiana, donde la ausencia de lluvias ha mermado de forma notable las reservas de agua de los embalses, lo que obligará a reducir el riego en zonas de Castilla-La Mancha y Extremadura.
El consumo humano está garantizado
La sequía amenaza especialmente a la actividad agrícola. La falta de lluvias y las restricciones en el riego vaticinan una merma de la producción en el sector primario. El abastecimiento humano, sin embargo, está garantizado al menos para los dos o tres próximos años, incluso en las zonas más afectadas por esta situación.
Así lo ha asegurado el delegado del Gobierno central en Andalucía, Pedro Fernández, quien también ha adelantado que «habrá que seguir tomando medidas restrictivas» si se mantiene la «sequía pertinaz» para así garantizar el acceso al consumo de agua a la población general.
«Salvo un vuelco radical que de momento no se vislumbra, estamos abocados a un año con una dotación muy baja y cuyo valor final dependerá de la primavera», advierte la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir
En términos similares se ha pronunciado la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, una de las cuencas más afectadas por la sequía: «De modo general se puede decir que, salvo un vuelco radical que de momento no se vislumbra, estamos abocados a un año con una dotación muy baja y cuyo valor final dependerá de la primavera».
Pero todo hace pensar que la situación, lejos de mejorar, irá a peor. Las previsión de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) auguran en un 95% que la campaña actual acabe sin precipitaciones y rebajan al 40% la probabilidad de que el 2022 se mueva en cifras similares a las del pasado año, considerado seco.