La Guardia Civil cerca a 20 hermanos de una familia cántabra dedicada a robos y tráfico de drogas
Los agentes han detenido a tres nietos del clan que, ayudados por el resto de la familia, perpetraron más de 40 robos por el método del alunizaje en Cantabria
Un clan familiar, un patriarca, 20 hijos y decenas de detenciones e investigaciones por robo y tráfico de drogas. Podrían ser los ingredientes perfectos de un guion con visos de convertirse en todo un éxito hollywodiense; en una serie o una película que nadie, probablemente, se querría perder. Pero no es así o, al menos, por ahora. Los hechos descritos son completamente reales y se han entrelazado en una operación de la Guardia Civil de Cantabria, denominada Meganula, que por ahora ha detenido a nueve miembros del mencionado clan familiar por perpetrar un total de 40 robos con alunizaje en distintas empresas de la región. Todo ello, en menos de cuatro meses.
Eso fue precisamente lo que llamó la atención de los agentes: la rapidez. En septiembre del pasado año, en una misma noche, se perpetraron en las localidades cántabras de Unquera, Pomaluendo, Revilla de Camargo y Cartes cuatro robos en empresas por el método del alunizaje, es decir, impactando vehículos, en este caso robados, en la puerta de entrada para acceder al interior. En algunos de los robos, los criminales llegaron a sustraer 15.000 euros en metálico y más de 35.000 en productos.
La actuación de esta red criminal no quedó ahí. Durante los meses de diciembre y enero continuaron, de igual modo y siempre en horario nocturno, robando en empresas situadas en otras localidades como Santa Cruz de Bezana, Arce, o Cabezón de la Sal, tras lo que muchos de los coches empleados aparecían calcinados para dificultar las labores de investigación. Tal como puede apreciarse en el vídeo de unos de los robos, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, los implicados tardaban cuestión de minutos en culminarlos.
Las primeras pesquisas de la Guardia Civil centraron el foco en este clan familiar, formado por más de 20 miembros, entre ellos, un patriarca y alrededor de 20 hijos, asentado en en el municipio de Barreda y con múltiples antecedentes por robos contra el patrimonio y tráfico de drogas. Una hipótesis que con el paso de los meses terminó por confirmarse. Salvo en una cuestión, los cabecillas de todas las operaciones eran tres hermanos, pero en este caso, nietos del clan: la tercera generación.
Mayor sofisticación
No obstante, según relatan fuentes de la investigación a THE OBJECTIVE, que aún permanece abierta, la Guardia Civil pudo cercar a esta organización criminal y familiar, tras cerciorarse de que distintos miembros habían ayudado a ocultar a los tres nietos del clan, implicados en los robos. «A pesar de que los más jóvenes no residían directamente con el grueso del clan, cuando surgían problemas y necesitaban esconderse o precisaban de vehículos, eran arropados sin dudarlo por el resto de familiares, lo que dificultaba poder implicarlos en los hechos delictivos», señalan las mismas fuentes.
A la dificultad añadida de esconderse entre el clan, los investigadores advirtieron mayor sofisticación a la hora de vender los efectos robados por parte de los criminales. Si al principio utilizaban páginas de segunda mano en internet, ahora buscaban directamente a compradores para venderles los frutos de sus robos y no dejar rastro de lo que habían sustraído en las naves industriales. También eran más cuidadosos, hasta el punto de utilizar a terceras personas para no verse involucrados en los mismos, aseguran los investigadores.
Detenciones
Pese a todo, la Guardia Civil de Cantabria logró reunir las pruebas suficientes para detener tanto a los tres hermanos como a otras seis personas que presuntamente se encontraban al frente de esta trama de alunizajes. A mediados de enero, los agentes del Instituto Armado realizaron registros en los domicilios de los cabecillas, donde encontraron efectos sustraídos que los implicados aún no habían podido vender, como material nuevo para la seguridad en el motocross (cascos, botas, gafas), así como ruedas de turismos y armas.
El registro concluyó con la detención de las nueve implicados, aunque el Juzgado de Instrucción número 4 de Santander, encargado del caso, ordenó el ingreso en prisión de los tres nietos del clan criminal. No obstante, según aseguran fuentes policiales, la investigación no ha concluido. La operación mantiene varias líneas abiertas que podrían culminar en más detenciones del entorno de este clan familiar cántabro.