El caso desesperado de un policía español y su mujer: «atrapados» en Ucrania desde el jueves
Visitaban a su familia en la ciudad ucraniana de Odesa cuando estalló la guerra. «Solicitaron ayuda a la embajada, pero todavía no hay respuesta», denuncia su familia
Un policía español y su mujer, de origen ucraniano, viven una situación desesperada en Odesa (Ucrania). Esta pareja, asentada en Valencia, llegó a la ciudad ucraniana hace tres semanas para estar con su familia. Un viaje que debía finalizar el pasado sábado, 26 de febrero, pero que por ahora sigue sin terminar. Dos días antes, las tropas rusas invadieron distintas ciudades del país y la guerra estalló entre ambos estados. Desde entonces, Jose María Moreno, y su esposa, Sandra, no han encontrado el modo de regresar a España, siguen «atrapados» en esta región al sur de Ucrania, según denuncia Daniel Moreno, hermano del agente, en conversación telefónica con THE OBJECTIVE.
«El foco está en la capital ucraniana, en Kiev, pero en Odesa la situación es cada vez más crítica. Mi hermano, que lleva más de 20 años trabajando en el Cuerpo Nacional de Policía (CNP), cuenta que no ha vivido nunca algo así. No tienen posibilidad de salir. Están rodeados de tropas durante el día; por la noche, hay toque de queda y civiles armados. Creen que están sitiando la ciudad», advierte este valenciano.
En un primer momento, cuenta, la pareja se puso en contacto por vía telefónica con la Embajada de España en Kiev, pero desde allí no pudieron garantizarles la salida del país al «no estar inscritos como residentes ucranianos». Aún así, indicaron a ambos que enviasen un mail con sus datos personales para tratar de buscar una solución, pero el correo «nunca tuvo respuesta», sostiene Daniel Moreno.
Un día después, 25 de febrero, la embajadora española, Silvia Cortés, abandonaba la capital ucraniana junto a un centenar de españoles con destino a Polonia, según anunció el Ministerio de Asuntos Exteriores. En declaraciones a la COPE, el ministro, José Manuel Albares, informó de que Cortés, lo que quedaba de personal de la Embajada —tras haber sido reducido al mínimo esencial—, y el resto de españoles que quedaban en Ucrania habían salido en un tren con dirección a la frontera polaca. Para dar protección y asegurar la salida de los convoyes, además, el Gobierno decidió enviar a la frontera polaca un grupo de 11 miembros del Grupo Especial de Operaciones (GEO).
Cien españoles más
Entre ellos, sin embargo, no estaban José María y su mujer. Fuentes de Exteriores consultadas por THE OBJECTIVE no entran a informar sobre el caso concreto de estos dos ciudadanos. «No informamos nunca de casos puntuales», aseguran. Aún así, admiten tener constancia de un centenar de españoles que todavía permanece en el país ucraniano por decisión propia, residentes con los que, insisten, «están en contacto permanente». «Estamos monitorizando los casos de todos los españoles que están en Ucrania; hemos habilitando unos cuantos teléfonos y siempre se responden…», aseguran desde este departamento.
Este lunes, precisamente, el agente, destinado en la Jefatura Superior de Policía de Valencia, ha pedido a su hermano que llamase al teléfono de atención que ha habilitado el Ministerio del Asuntos Exteriores para tratar de buscar una salida del país ucraniano. «Es algo así como un gabinete crítico. Me ha atendido una operadora, le he comentado la situación y me ha pedido que le mandase un mail, por ahora no he recibido respuesta», cuenta Daniel Moreno, que también ha solicitado ayuda a Jupol, sindicato principal de Policía.
Desde JUPOL remarcan que han intensificado los contactos con la Dirección General de la Policía Nacional y las autoridades con responsabilidad en Asuntos Exteriores para tratar de acelerar el regreso a España de este oficial y su pareja. De forma pública, este lunes han pedido ayuda en su cuenta oficial de Twitter, con apelación directa al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares.
Huidas frustradas
José María y Sandra han tratado de huir por vía terrestre en varias ocasiones, según sostiene Daniel Moreno, pero nunca han tenido éxito. «Por el día están rodeados de tropas. La batalla se salda en ciudades cercanas a donde están. Por la noche, hay toque de queda a las 19.00 horas y hay civiles armados, bandas de saboteadores… Así que están encerrados en casa sin poder hacer nada y sin respuesta de la Embajada española», denuncia.
Salir por la frontera moldava es otra opción que contempla este matrimonio, pero según han trasladado a su familia «el peregrinaje es largo y el control, exhaustivo». Resulta casi imposible conseguirlo. En cualquier caso, Jose María y Sandra se preparan para lo peor. «Conocen dos sótanos y un par de refugios bajo tierra a los que ir si la cosa empeora. Por la noche escuchan cómo las baterías de los misiles antiaéreos caen sobre el mar. La situación es cada vez más complicada, mi hermano cree que están aislando la ciudad».
Odesa es una de las zonas en las que se libra una de las batallas más cruentas por su ubicación estratégica, es el puerto clave en el Mar Negro. Tropas rusas y ucranianas luchan en las localidades de Kopani e Ivanoval y también en Dadov. La situación en la ciudad ucraniana es de completa incertidumbre, según informa La Vanguardia. Algunas fuentes rusas dan estás ciudades por ocupadas. El Gobierno ucraniano, por el contrario, señala que la ciudad resiste.
Las autoridades de esta región confirmaron la muerte de 22 personas, 11 hombres y 11 mujeres, tras un ataque aéreo ruso perpetrado el pasado jueves contra una unidad militar ubicada en Odesa. En el quinto día de conflicto, Kiev ha elevado a 352 muertos y unos 2.000 heridos el balance de víctimas civiles en todo el país.