¿Por qué Marruecos redobla ahora su presión sobre Ceuta y Melilla?
Distintos expertos en materia de seguridad e inteligencia sitúan el conflicto Rusia-Ucrania como factor que ha impulsado la crisis migratoria por parte de Marruecos
Melilla ha vivido esta semana el mayor asalto migratorio conocido hasta la fecha. En cuestión de 24 horas, entre el miércoles y el jueves, unos 3.700 inmigrantes intentaron sobrepasar los espigones fronterizos, de los cuales casi un millar logró poner un pie en la ciudad autónoma, según datos facilitados por el Gobierno.
Dos jornadas marcadas también por una violencia jamás vista por parte de quienes intentaban lograr entrar en territorio nacional, provistos de garfios, palos y tornillería en los zapatos, y que dejó heridos a una treintena de agentes, entre guardias civiles y policías, además de a un gran numero de inmigrantes. La gran pregunta, sin embargo, es por qué Marruecos ha decidido ahora redoblar la presión migratoria sobre España.
Que la llegada masiva de personas, en su mayoría de origen subsahariano, a la valla melillense se haya producido en un contexto de guerra, cuando España y toda Europa ponen el foco en el conflicto entre Rusia y Ucrania, no responde a una coincidencia. De hecho, según las distintas fuentes de seguridad e inteligencia consultadas por THE OBJECTIVE, se trataría del factor que en buena medida ha impulsado esta nueva crisis.
Es lo que sostiene Óscar Jaime-Jiménez, experto en cuestiones de seguridad interior y contraterrorista y profesor de Sociología en la UNED. Este docente lo argumenta de forma sencilla y es que este no es mejor momento que hace un mes, por ejemplo. «En este caso, la entrada descontrolada de inmigrantes tiene un efecto muy preciso y dirigido, es decir, centrado en producir un daño muy localizado allí donde interesa a Marruecos, minimizando daños colaterales en el área circundante como sería el posible impacto que pudiera tener sobre la Unión Europea».
«Un ‘misil’ con precisión»
Con los ojos puestos en el conflicto Rusia-Ucrania, sostiene Jaime-Jiménez, cabe esperar que Marruecos considere la posibilidad de generar tensión añadida ante la desatención internacional al problema y, si lo considera, «rentabilizar la tensión». Para este experto no cabe duda de que la llegada de miles de inmigrantes se trata en realidad de «un misil» marroquí «con mucha precisión», centrado en el conflicto que mantiene con España respecto a Ceuta y Melilla y a sus propias disputas a nivel interno. «Cuanto mayores sean estos problemas, mayor será la precisión que ejercerá Rabat sobre nosotros», advierte.
Óscar Jaime-Jiménez sostiene que el plan de Marruecos sigue siendo el mismo desde hace años, y no es otro que el ahogamiento económico de Ceuta y Melilla. «Ambas ciudades han sido un factor de desarrollo del norte de Marruecos, pero obviamente el Rey considera que se pueden generar polos de desarrollo con cierta facilitad en esa zona, sin tener que depender de esas ciudades. Eso debería tenerlo claro el Gobierno porque desde hace años los movimientos de Rabat apuntan a ello de forma indisimulada», sostiene.
La prueba de lo que sostiene este docente está en que apenas en unas semanas se cumplirán dos años del cierre fronterizo entre Marruecos y España. El pasado sábado, 26 de febrero, el Gobierno prorrogó el cierre de la frontera de Ceuta y Melilla al menos hasta el 31 de marzo. Una decisión que tiene origen en una orden europea del 30 de junio de 2020 por la crisis sanitaria del coronavirus, pero que se ha ido posponiendo hasta hoy. No obstante, fueron las autoridades marroquíes las que de manera unilateral decidieron cerrar sus puestos desde el inicio de la pandemia, avisando con apenas ocho horas de antelación.
68 millones menos
Este cierre de fronteras ha causado un grave daño económico a Ceuta y Melilla, al cortar de raíz el comercio entre ambas zonas. Solo en 2020, las ciudades autónomas dejaron de ingresar un 14,4% y un 70% del IPSI (el impuesto sobre la producción, servicios e importación, equivalente al IVA), respectivamente, lo que ha supuesto una pérdida de 68 millones para las arcas ceutíes y melillenses, según informó El País. Además, en línea con su decisión, Marruecos dedicó excluir a España de la Operación Paso del Estrecho, que realizan cada verano los marroquíes residentes en Europa. ¿El balance? Los puertos de Ceuta y Melilla perdieron entre 5,5 y seis millones de euros anuales cada uno en 2020 y 2021.
Luis Romero Bartomeus, profesor de la Universidad de Cádiz y experto en defensa y seguridad, tiene la convicción de que Marruecos cerró la frontera con Ceuta y Melilla sin perspectivas de volver a abrirla. En la misma línea que su colega Jaime-Jiménez, este docente insiste en que la táctica de Marruecos siempre ha sido la misma: «Ahogar económicamente Ceuta y Melilla hasta conseguir la anexión de las dos ciudades autónomas en un corto medio plazo. Es una carrera de fondo, así es como lo han planteado ellos», explica, en conversación con este periódico.
«Con la ayuda de la península las ciudades no tendrán problema, pero cada día lo van a tener peor». Ahora, en pleno estallido del conflicto en el este de Europa «[los asaltos masivos de inmigrantes] les sirven para apretar más las clavijas». «Dos y dos son cuatro», ironiza Romero Bartomeus.
Sáhara Occidental
Otros expertos como Miguel Ángel Acosta, profesor titular de Derecho Internacional en la Universidad de Cádiz, justifican la presión migratoria marroquí en un nuevo intento de que el Gobierno español cambie su posición respecto al conflicto del Sáhara Occidental. «Los asaltos a la valla no son novedosos, ha habido muchos como estos en el último año y medio. Es de sobra conocido que las relaciones diplomáticas entre ambos países están rotas. Incluso a nivel académico Marruecos ha dejado de responder. Lo que ha pasado en Melilla responde a una coherencia en su posicionamiento respecto a España en todos los niveles», argumenta.
De este modo, la avalancha de inmigrantes buscaría sobre todo que España dé su apoyo a la propuesta de Rabat, formulada en 2007, de ofrecer una autonomía al Sáhara Occidental para evitar el referéndum de autodeterminación acordado en 1991. En esa antigua colonia española se libra, desde noviembre de 2020, una guerra de menor nivel entre el Ejercito marroquí y el Frente Polisario, que lucha por la independencia del territorio.
Óscar Jaime-Jiménez, experto en seguridad e inteligencia, sin embargo, no vincula de manera directa los movimientos de Marruecos respecto a España con el asunto del Sáhara Occidental. A su juicio, el Gobierno de Pedro Sánchez se va a mover poco de su posición actual, respaldada por las resoluciones de la ONU y el derecho internacional, «porque tampoco puede dar más la razón a Marruecos de lo que ya lo ha hecho, de forma implícita».
Marruecos-Rusia
Por otro lado, este docente reflexiona sobre cómo la actitud de España con respecto a Marruecos recuerda en parte a la que ha mantenido la Unión Europea respecto a Rusia. El país vecino, explica, tiene un perfil «estremecedoramente similar» al ruso. España, al igual que lo que ha ocurrido en Europa, «considera que los lazos son suficientemente importantes y la dependencia económica, demasiado intensa como para que pueda tener tentaciones de romper de forma unilateral».
«Debemos ser capaces de visualizar el peor de los escenarios y nos negarnos a pensar en él. Lo contrario puede pasarnos factura porque toda imprevisión en estos temas tiene unos costes elevadísimos. Es importante que España muestre claridad de ideas y contundencia en el tema ucraniano porque Marruecos nos está mirando y conoce mucho mejor nuestras debilidades que nosotros las suyas», zanja este experto.