Una reunión nocturna entre Soria ¡Ya! y el PSOE precipitó el pacto PP-Vox en Castilla y León
Fuentes parlamentarias desvelan la negociación in extremis que pudo haber volcado la presidencia de las Cortes 48 horas antes de la votación
Muchos se han preguntado cuál fue el detonante, qué hizo saltar la espita precipitando el acuerdo de gobierno entre PP y Vox en Castilla y León. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, la causa fue una reunión nocturna que celebraron los representantes del PSOE de Soria y los representantes de Soria ¡Ya! en la tarde noche del pasado martes tras la manifestación feminista del 8-M. Un encuentro que, según fuentes presenciales consultadas por este periódico, se celebró en la sede local socialista y en la que el portavoz de Soria ¡Ya!, Ángel Ceña, manifestó su voluntad de «sondear la posibilidad de pactar una presidencia socialista en las Cortes de Castilla y León».
Según múltiples fuentes consultadas, en el encuentro los representantes socialistas preguntaron a los convocantes de la reunión: «¿Qué es lo que pedís?», a lo que Ceña respondió diciendo que «solo queremos cosas para Soria» en materia de inversiones o infraestructuras. Pero, tras varios rumores sobre un supuesto viaje de Adriana Lastra a la región para concretar la cuestión, esta quedó sin respuesta.
La dirección regional de Luis Tudanca optó por no mover ficha, confirmando su voluntad de repetir las elecciones. «Como no hubo ninguna oferta, al día siguiente a las 10.15 horas del miércoles llegamos a un preacuerdo con el PP» para pactar los miembros de la mesa de presidencia del Parlamento regional.
El acuerdo que «no llegó a firmarse»
«El acuerdo se redactó a mano pero no llegó a firmarse» porque el PP inició repentinamente conversaciones con Vox. Fuentes socialistas confirman las conversaciones con Soria ¡Ya! pero «no con voluntad de cerrar un acuerdo sino de escuchar» porque «Soria ¡Ya! jugaba a varias bandas». Pero ello bastó para «poner nervioso a Mañueco» ante el riesgo de perder la presidencia de las Cortes de Castilla y León ante la posibilidad de que el candidato del PSOE sumara más apoyos que el popular.
Un riesgo altamente probable que solo estaba a expensas de que los 28 procuradores del PSOE sumaran sus votos a los tres de Soria ¡Ya! y al único representante de Podemos, lo cual sumaba 32 votos a favor de una presidencia socialista frente a los 31 procuradores del PP. Por ello, Mañueco cedió a todas las exigencias de Vox que, junto al PSOE, «querían forzar la convocatoria de elecciones», a juicio de los populares. Según la formación de Santiago Abascal, «aceptaron todas nuestras exigencias y no pudimos decir que no» a sabiendas de que existe el peligro de la erosión que conlleva la gestión en la primera entrada en un gobierno.
Giro de 180 grados de Abascal
Así se explica el giro de 180 grados que el propio Abascal escenificó en el Congreso en la misma mañana del jueves 10 de marzo en que debían constituirse las Cortes de Castilla y León. A primera hora de la mañana, el líder de Vox parecía respirar ante el rechazo del PP a sus exigencias, impostando un supuesto enfado. «El PP sabe desde el principio que nosotros no podemos aceptar ningún desprecio. Nuestro planteamiento era ni más ni menos que Ciudadanos. Sin embargo, el PP parece que tiene la obsesión con minusvalorar la importancia de Vox. Es el PP es el que se niega a dar a Vox el papel que nos han dado los ciudadanos en las urnas y el que tiene que dar explicaciones. Nosotros nos vemos abocados a votar a nuestros candidatos a la presidencia y no podremos apoyar la investidura».
Pero apenas unas horas después, a las 11:45 horas, el tuit de Mañueco anunciando un acuerdo global -programa, Gobierno y Cortes-, sumía a Vox en un mezcla de sorpresa e incomprensión. «No podíamos decir que no. No éramos optimistas. Hay más que sorpresa…». El acuerdo lo cerró «personalmente Mañueco con Abascal. Han hablado todos los días y se han visto personalmente».
«Vox podía subir el precio»
Las consecuencias al giro de timón imprevisto en las Cortes de Castilla y León era que Mañueco perdiera la votación y saliera adelante una presidencia socialista que tuviera «mayoría permanente para dinamitar desde dentro al Gobierno». Según explican las citadas fuentes, la posible alianza entre PSOE, Soria ¡Ya! y Podemos podría haber logrado la mayoría de la Mesa de Presidencia con tres representantes de seis: el presidente, el vicepresidente segundo y el secretario segundo. «Y con ello podría haber aprobado todas las comisiones de investigación que hubiera querido sobre los casos de corrupción del PP».
Una presidencia socialista que no impedía que se cerrase después el pacto de gobierno entre PP y Vox pero que, según el PP, «elevaría el precio de Vox» para entrar en el Ejecutivo. Es decir, que pudiera pedir «más carteras y de mayor contenido». Y hacerlo ademas dilatando los tiempos y enquistando un pacto que estaba cantado, complicando además la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del PP el próximo 2 de abril. Por ello, la clave era «cerrarlo rápido» aunque, según otras fuentes del PP esto haya supuesto «transmitir la imagen de cesión innecesaria ante Vox».