Solo el 7% de los militantes de ERC respalda el plan de la dirección de aplazar la independencia hasta 2040
Sectores críticos lamentan que en algunas zonas se fijara una cuota de 10 euros para asistir a la Conferencia Nacional y que la votación se hiciera «a mano alzada»
La Conferencia Nacional de ERC, celebrada este fin de semana en La Farga, en Hospitalet de Llobregat, concluyó con un apoyo masivo, del 97%, a la nueva ponencia de la dirección del partido que apuesta por priorizar la negociación con el Estado y posponer otras vías hacia la independencia, como es la vía unilateral. Este respaldo a la búlgara -por su elevado grado de unanimidad-, sin embargo, solo corresponde aproximadamente al 7% de militantes que acudieron en dicho evento.
Según confirman fuentes de ERC, el partido cuenta con casi 10.000 militantes, mientras que el pasado domingo en la Conferencia Nacional se registraron 688 votos. De estos, 669 fueron favorables, mientras que los rechazos a la nueva hoja de ruta del partido solo cosechó siete votos y 12 en blanco.
Esta participación del pasado domingo fue menor a la del sábado, cuando se votó la enmienda alternativa de una parte de la bases, organizadas bajo el Col·lectiu Primer d’Octubre, para retomar la unilateralidad con el fin de no renunciar al «mandato del 1-O», en referencia al referéndum ilegal de independencia de 2017.
El sábado acudieron hasta La Farga unos 150 militantes más que el domingo, ya que se hacía entrega del pin de plata de los 25 años de militancia. El hecho de que algunas federaciones tuvieran que abonar hasta 10 euros para asistir al acto, explican las fuentes consultadas, imposibilitó la asistencia de mucha gente que discrepa del plan de la cúpula: «Asistió básicamente gente que vive del partido o aspira a vivir del partido con sus respectivas parejas. Eso no motiva al resto de militancia a asistir», lamenta un militante raso en conversación con THE OBJECTIVE.
Desde el partido, no obstante, justifican la necesidad de establecer una cuota a a las características del evento. La Conferencia Nacional no se celebraba desde 2018 e implica gastos importantes: «En algunos actos tan potentes hay que hacer pagar un precio porque representan un esfuerzo logístico y económico. Hay militantes que se desplazan desde muy lejos, como de las Islas Baleares, y se pone un precio a los que vienen desde zonas más próximas».
En este caso, tal y como se observa en el correo electrónico al que este medio ha tenido acceso, la cuota se aplicó a las federaciones de la zona de Barcelona, Baix Llobregat, Hospitalet, Baix Besòs, Maresme, Vallès Occidental y Vallès Oriental.
Votación a mano alzada
Otro de los puntos de discrepancia de los militantes críticos con la hoja de ruta aprobada es que se «votara a mano alzada» y justo después de que la dirección anunciara «lo que conviene votar». En este escenario en el que no se salvaguardó el anonimato del sufragio, añaden, «haber obtenido un 6% de disidencia es muy meritorio».
A la espera de que se vuelva a reunir la mesa de diálogo entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el Gobierno de la Generalitat, la hoja de ruta de la dirección de ERC es una apuesta por el deshielo institucional como la mejor vía para solucionar el «conflicto político». El propio Oriol Junqueras, presidente de la formación, aseguró que la «negociación acabará dándose, seguro, aunque sea para decidir el reparto de activos y pasivos entre la nueva república naciente y el Reino de España».
La ponencia final ha incorporado 400 enmiendas de las bases. Uno de los puntos que más inquietaba a la militancia es los términos de la negociación con el Estado e instaron a que «establezca una metodología clara, un calendario acorado de reuniones que se pueda cumplir, así como el retorno pertinente a la ciudadanía de los acuerdos fruto de la negociación».
Independencia: entre 2040 y 2050
Como avanzó THE OBJECTIVE el pasado mes de noviembre, cuando tuvo acceso al borrador de ponencia diseñado por Raül Romeva, miembro de la Ejecutiva de ERC, el partido aplazaba la hasta la década 2040-2050 sus aspiraciones nacionales de lograr un Estado catalán independiente de España. En la ponencia presentada rechazan fijar fechas y se limitan a hablar de «2040 y más allá».
Este aplazamiento movilizó al sector crítico, que consideraba que tal y como estaba planteada la ponencia era una renuncia de facto a la independencia, y volver a la política autonomista. Esta posición pragmática de la dirección de ERC también ha suscitado las críticas de sus principales socios independentistas, JxCat y CUP. Sin embargo, Junqueras mantiene esta posición más allá de las presiones y con la vista puesta después de las municipales, y ante la posibilidad de cambiar de socios y abrirse al PSC y a En Comú Podem.