El Gobierno pretende convalidar el decreto de la guerra el 28 de abril sin el veto del PP
Fuentes de Moncloa confirman la fecha prevista para la ratificación del parlamento y la convicción de que el PP “facilitará” su aprobación
El Gobierno apurará el plazo previsto de un mes para la convalidación del real decreto par paliar las consecuencias de la guerra. Según adelantan fuentes gubernamentales a THE OBJECTIVE, el Ejecutivo ha marcado una nueva fecha clave en el calendario para su convalidación por parte del Congreso de los Diputados: el jueves 28 de abril, día en que previsiblemente el decreto recibirá la luz verde por parte de los grupos parlamentarios de la oposición.
El Ejecutivo pone el acento de que se trata de un mero formalismo porque las medidas entrarán en vigor con su aplicación en el Boletín Oficial del Estado y porque están convencidos de que sus socios validarán el texto salido este martes del Consejo de Ministros. En conversación con este periódico, las citadas fuentes gubernamentales se muestran absolutamente convencidas en que el decreto saldrá adelante con el apoyo de sus aliados habituales PNV y ERC pese al cabreo de ambos por la falta de información.
Algo que ha indignado especialmente al portavoz del PNV, Aitor Esteban, quien mostró su malestar inicial en las redes sociales denunciando la mera «comunicación» del Ejecutivo e incluso llegó a calificar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como el «llanero solitario».
Pese a todo, el Gobierno aprovecha la especial sensibilidad que despierta el contexto de la guerra de Ucrania y las repercusiones económicas de la crisis en la sociedad española y se pregunta: «¿Quién se va a atrever a votar en contra de estas medidas?». Desde luego, descartan que lo hagan sus socios que, pese a las críticas formales les han transmitido la «disposición favorable» a apoyar la norma al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y al secretario de estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, responsable de la comunicación con los minoritarios.
Abstención crítica del PP
Pero lo más significativo es la esperanza que suscita el voto del principal partido de la oposición. Según Moncloa, el PP se mueve entre la abstención y el voto a favor, pero con la voluntad de «facilitar» la aprobación del real decreto gubernamental. En el núcleo duro de Pedro Sánchez saben que el nuevo PP de Alberto Núñez Feijóo «no se puede permitir» el rechazo a un texto que recoge medidas para apoyar a los principales sectores afectados por la escalada de precios del gas y los carburantes.
Menos aún apenas tres semanas después de su congreso nacional, que encumbrará a Feijóo este fin de semana 2 y 3 de abril en Sevilla. Una convicción que parecen tener también los populares, que se han mostrado abiertos a la negociación con el Gobierno, aunque mantengan sus críticas por la falta de información y el incumplimiento de sus compromisos previos.
La Palma, papel mojado
Este mismo martes, la portavoz del PP, Cuca Gamarra, denunció en la rueda de prensa posterior a la Junta de Portavoces del Congreso que no ha vuelto a tener información del Ejecutivo después de la llamada de Bolaños el pasado domingo: «Ni un contacto, ni una llamada, ni un intercambio de papeles». Pero la falta de información no es la crítica mas contundente. El PP se queja con mayor intensidad del incumplimiento de los compromisos alcanzados en la Conferencia de Presidentes de La Palma hace casi un mes. En el punto 4 de la Declaración de La Palma, el Ejecutivo de Pedro Sánchez se comprometió, a instancias de Feijóo, a lo siguiente:
«Las medidas que se incorporarán al plan desarrollarán e intensificarán las ya anunciadas hasta ahora, como son las rebajas fiscales para amortiguar el impacto de los precios de la energía en los recibos que pagan familias y empresas y otras que se puedan plantear. El Gobierno de España y las comunidades autónomas comparten la determinación para proteger a nuestras empresas, a nuestra industria y a nuestra ciudadanía».
El PP supedita un acuerdo con el Gobierno al cumplimiento de una bajada de impuestos que constituye una línea roja de Podemos pero también del ala socialista del Consejo de Ministros, por la merma de ingresos que conllevaría en un contexto de enorme complejidad que no tiene visos de corregirse en el corto/medio plazo. Por ello, en Moncloa creen que ni habrá rebaja impositiva ni habrá apoyo del PP. El principal partido de la oposición «a lo más que podrá llegar es a una abstención crítica».