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El Frente Polisario suspende relaciones con el Gobierno de Sánchez por su giro en el Sáhara

El movimiento de liberación avisa de que no recuperará el contacto hasta que el Ejecutivo español se adhiera a las resoluciones internacionales

El Frente Polisario suspende relaciones con el Gobierno de Sánchez por su giro en el Sáhara

Manifestantes a favor del Sáhara ante el Congreso. | Fer Capdepon Arroyo (Zuma Press)

El Frente Polisario suspende relaciones con el Gobierno español por su giro en el Sáhara. Lo ha anunciado este sábado al filo de la medianoche a través de Twitter. El movimiento de liberación avisa de que no recuperará el contacto hasta que el Ejecutivo «se adhiera a las resoluciones de legitimidad internacional que reconocen el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación». La decisión llega después de que el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, visitara el jueves al rey Mohamed VI. Previamente le había enviado una carta calificando su propuesta de autonomía sobre estos territorios como la «más seria, realista y creíble».

En un comunicado firmado en Bir Lehlou, una ciudad controlada por el Frente Polisario en el noroeste del Sáhara, cerca de la frontera con Mauritania, la organización asegura que la decisión viene motivada por el apoyo del Gobierno español a «la ilegal propuesta del ocupante marroquí, que pretende legitimar la anexión de los territorios del Sáhara por la fuerza e ignorando los derechos inalienables del pueblo saharaui a la autodeterminación y la independencia».

La autodeterminación del Sáhara 

El 18 de marzo, las autoridades marroquíes hicieron pública una carta en la que Sánchez reconocía al rey Mohamed VI que su plan de autonomía para el Sáhara, planteado ante Naciones Unidas en 2007, constituye «la base más seria y realista» para lograr una solución al conflicto. El presidente del Gobierno abandonaba así la postura tradicional de nuestro país para alienarse con las posiciones de Marruecos, lo que motivó que Argelia retirara su embajador en Madrid.

El Sáhara Occidental fue colonia española entre 1885 y 1975. Su proceso de descolonización se interrumpió cuando España abandonó la zona tras la Marcha Verde organizada por Marruecos y conforme a lo dispuesto en los Acuerdos de Madrid, que las organizaciones internacionales no admiten como válidos. El país alauí ocupa gran parte del Sáhara, que es uno de los 17 territorios no autónomos bajo supervisión del Comité Especial de Descolonización de Naciones Unidas.

En 1991, tras el alto el fuego con Marruecos, el organismo internacional creó la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO). Tres décadas después, el proceso democrático no se ha producido aún y, en los últimos años, países como Francia, EEUU, Alemania y ahora España se han alineado con Marruecos, para desesperación del pueblo saharaui. El Frente Polisario denuncia este giro y recuerda que nuestro país «tiene responsabilidades» sobre el territorio, del que continúa siendo potencia administradora.

El cambio de posición de España se hizo efectivo tras meses de tensión con Marruecos, que se irritó por no haber sido informado de la acogida del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en un hospital de Logroño para tratarle de covid-19. Este hecho motivó que el país alauí hiciera la vista gorda en las fronteras, lo que desencadenó una avalancha migratoria en Ceuta en mayo, días antes de que Mohamed VI retirara su embajadora en Madrid. Ha vuelto hace unas semanas.

La integridad de Ceuta y Melilla

El líder del Frente Polisario en España, Abdulah Arabi, sostuvo en una entrevista con THE OBJECTIVE que España estaba pagando «un peaje» para restablecer las relaciones entre ambos países. El dirigente saharaui avisó al presidente del Gobierno de que «el problema no desparece sacrificando» a su pueblo y le acusó de defender el derecho internacional en Ucrania mientras hace lo contrario «cuando mira al sur».

Sánchez se reunió el jueves en Rabat con Mohamed VI. El encuentro sirvió para recuperar las relaciones con Marruecos tras un año de crisis diplomática, pero el presidente no logró arrancar un compromiso escrito del monarca alauí que garantice la integridad territorial de Ceuta y Melilla, que sirvió de justificación gubernamental para su bandazo sobre el Sáhara. Sí se anunció la reapertura gradual de las fronteras y el tráfico marítimo, aunque sin concretar ninguna fecha.

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