El jefe de oficina de Puigdemont considera vergonzoso enseñar castellano a los refugiados ucranianos
Josep Lluís Alay es conocido por sus contactos en Rusia durante el procés
Josep Lluís Alay, jefe de Oficina del expresidente de la Generalitat fugado Carles Puigdemont, considera que «es una vergüenza» que se enseñe castellano a los refugiados ucranianos.
«Qué vergüenza» ha sido el mensaje que ha publicado Alay en Twitter tras conocer que el Ayuntamiento de Palamós ha informado en sus redes sociales de que los refugiados ucranianos que huyen de la guerra tienen a su disposición clases para aprender castellano, impartidas por ciudadanos de su país que residen en el municipio catalán.
Quina vergonya https://t.co/yuigbnNR3E
— Josep Lluís Alay (@josepalay) April 13, 2022
Las clases en castellano las solicitan los propios refugiados, según se puede leer en la nota de prensa del Ayuntamiento de Palamós: «Impartir clases de castellano es una de las principales demandas que hacen las personas que llegan al municipio huyendo de la guerra de Ucrania, y que son atendidas en el Servicio municipal de Ciudadanía e Inmigración».
Por el momento, son una treintena de ucranianos los que reciben las clases de castellano, «que se han organizado en el municipio, y que se suman a todas aquellas iniciativas que se impulsan con el objetivo de darles todo el apoyo, fomentando aquellas herramientas que deben permitir una cómoda integración de estas personas en la sociedad local», según el consistorio.
Alay, conocido por sus contactos en Rusia durante el procés, reconoció en TV3 en septiembre que su objetivo con sus viajes a Rusia era planear la creación de un futuro Estado catalán independiente de España. Unos contactos que han dado pie a que la Eurocámara haya pedido abrir una investigación al respecto.
A principios de abril, el PSC registró una batería de preguntas en el Parlament para obtener información sobre el coste de los viajes de Josep Lluís Alay a Rusia. El diputado del grupo parlamentario PSC-Units per Avançar, Raül Moreno, planteó las preguntas dirigidas al Govern el pasado 14 de marzo, pero cuatro días después y, tal y como avanzó THE OBJECTIVE, se opuso a que se creara una comisión de investigación en el Parlament sobre el nexo ruso en el procés.